Los Ferroviarios disuelve la cuadrilla de costaleras y ellas denuncian discriminación

Zaida Tijeras es la portavoz de este grupo de costaleras que, aseguran, han sido tratadas con poco interés por parte del capataz. La 'igualá' de las dos cuadrillas del paso, una de mujeres y otra de hombres, se celebró el 20 de febrero. «Hemos intentando arreglar el asunto entre la junta de gobierno y nosotras de la mejor manera, aunque de momento no ha sido posible», señala Tijeras, y por ello decidieron ponerse en contacto con los medios informativos y a través de las redes sociales para que se conociera esta problemática «a todas luces muy injusta puesto que en la igualá de las costaleras y costaleros asistieron un número muy similar de cada sexo: 19 mujeres y 18 hombres, pero solo han determinado suspender la cuadrilla femenina» por una supuesta falta de costaleras para portar el paso.

«Somos unas 35, pero algunas de ellas son madres o trabajan en la hostelería y tenían que atender otras actividades o marchar a trabajar», motivo por el que en el momento de la 'igualá', que califican de «paripé», ya estaba determinado prescindir de las costaleras. «El capataz siempre ha dicho que no le gustaba trabajar con mujeres y prefería hombres debajo del paso», afirma.

Pilu Pelegrín es una de las costaleras que integran esta cuadrilla y asegura que «se ha cometido a las puertas de la Semana Santa una enorme injusticia en la hermandad. Nos han clavado un puñal. El hermano mayor y el capataz han decidido que la cuadrilla de mujeres nos pongamos una peineta que es como la mujer debe ir».

La portavoz de la cuadrilla femenina asegura que «querían reventar la cuadrilla del paso de palio de la Virgen del Amor y el Trabajo y lo han conseguido, porque la mayoría de los costaleros de la cuadrilla masculina nos apoyan», al tiempo que dice que la cofradía está en mal estado desde hace unos meses por culpa del hermano mayor. «Esta es la punta del iceberg», dice, recordando que la mayoría de las costaleras son hermanas y que apoyaron al hermano mayor en su reelección del 14 de junio último «porque prometió muchas cosas. Nos vendió la moto y cada vez más esta cofradías es de la Legión y para la Legión, cuando una hermandad es otra cosa».

En el seno de la cuadrilla hay mucha preocupación y les gustaría «llegar a un arreglo» porque esto afecta a los sentimientos y a la devoción que tienen por la Virgen del Amor y el Trabajo. «Estamos muy desanimadas y a la espera de que pueda solucionarse cuanto antes», señalan.

Óscar Jiménez indica que cuando se nombró a José Román como capataz general, a primeros de diciembre, «en ningún momento se le pidió que prescindiera de la cuadrilla de costaleras, bien al contrario que trabajara con ellas, y así nos consta que lo hace. Ya en asuntos técnicos es él quien tiene que decidir a su criterio». Mantiene que como junta de gobierno su labor «debe ser mediadora y escuchar a los hermanos».

José Román señala que las citaciones para la 'igualá' se mandaron en tiempo y forma y siguiendo los conductos habituales y que se se trata de un acto de obligado cumplimiento, puesto que es el día que se mide a la gente para disponer el lugar que debe ocupar bajo el paso, aunque se pide que se avise de las ausencias «para tener en cuenta a quienes por algún motivo no puede estar presente». Román comenzó a realizar la 'igualá' de manera corrida, es decir a hombres y mujeres sin distinción de sexo. «Primero el mayor número de hombres y después las mujeres que estaban en menor número», asegura. Asegura que se personaron 21, «una se tuvo que ir y otra de ella se salía de altura, por lo que no podía entrar bajo el paso. Hay menos mujeres de las que figuran en lista y por tanto no se puede conformar la cuadrilla femenina».

«Yo no tengo nada contra la cuadrilla femenina pero si no hay suficientes mujeres no puedo contar con ellas, pues mi cometido es procurar que el paso salga y entre a su sede sin que sufra daños y sin provocar lesiones físicas a costaleros y costaleras».

El asunto, según el hermano mayor, quien insistió en que su labor es puramente de mediador en este conflicto, «tiene que resolverse pronto», por lo que se buscará la mejor solución para este desencuentro.