'La Gitana' regresa tras cinco meses de restauración

La talla, elaborada por Manuel González Santiesteban, uno de los últimos maestros de la Escuela Granada, entre finales del XVIII y principios del XIX, requería de una revisión. En las últimas décadas solo había pasado por taller en 1982, cuando se acometió la modificación de busto a imagen procesional, y en los 90, cuando se actuó sobre la policromía. Sin embargo, el desgaste propio del tiempo hacía necesario un nuevo acercamiento, que ha servido para resolver pequeños problemas que habían ido surgiendo. 

Según confirma la hermana mayor, la intervención ha consistido principalmente en la eliminación de restos de suciedad propia de la acumulación de humo de cera. También se ha cuidado la policromía de la imagen, sobre todo en el rostro, además de la realización de un candelero o cuerpo nuevo para la talla. Alcaraz ha llevado a cabo también la reintegración de algunas zonas de la encarnadura que se había desprendido por el paso del tiempo y se han dotado las articulaciones de mejor fijación así como de pestañas nuevas que realzan más la mirada de la imagen. 

El resultado es una talla que se encuentra en mejores condiciones y que, a juicio de la cofradía, resulta espléndida. «Está preciosa, el nivel de satisfacción enorme», reconocen desde la junta de gobierno de Los Gitanos. 

Con la imagen ya en la Abadía del Sacromonte, numerosos fieles aprovechaban precisamente el puente para ver a la Virgen, que ocupaba el crucero del templo en un montaje que dejaba a la imagen en centro entre paños de orfebrería de cobre con cera, un centro de flores a los pies y el manto de salida bordado en la trasera. La expectación, como pudo comprobar este periódico, era máxima. Durante toda la jornada de ayer, la participación cofrades fue muy alta hasta el extremo de colapsar en varios momentos los aparcamientos de la abadía. Coincidía también con un encuentro cultural desarrollado en el entorno abacial y la llegada constante de hermanos de la corporación del Miércoles Santo para ver cómo había quedado la imagen. A la cita no faltó el arzobispo de Granada, monseñor Gil Tamayo, quien tuvo unos momentos de oración ante la Dolorosa.