
Granada
Domingo, 23 de marzo 2025, 23:48
«Toda una vida dedicada al Rescate» fue el reflejo de las experiencia, recuerdos y un pormenorizado estudio de nombres propios, familias, hermanos mayores, costaleros ... y capataces en el pregón del centenario de la cofradía de Nuestro Padre Jesús del Rescate. Fue Luis Carlos Oriol el encargado de pronunciar un texto lleno de vida y de ilusión por continuar en la brecha «que heredó de su padre», como reflejó su presentador con unas palabras sencillas y de amistad verdadera hacia el pregonero. Jesús Calvo fue quien subió al altar mayor del templo de Santa María Magdalena para preceder en el uso de la palabra a quien cautivó a un auditorio entregado a la cofradía y que reconoció con una larga ovación al término de cuarenta y nueve minutos «llenos de Rescate».
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Se cumplen en este año los primeros cien años de existencia de una cofradía que siempre se mantuvo en este templo, que vivió progresivos cambios, que se adaptó a los tiempos y que vivió también su deterioro para «renovarse de inmediato». El texto del pregón fue amable, generoso con los avatares de la historia y valiente al reconocer momentos difíciles, situaciones complejas y la superación de comportamientos que no siempre fueron los adecuados. «Las hermandades cambian por las personas», indicó para hablar de la actual junta de gobierno de la que está al frente el hermano mayor Antonio Luis Morales, recordando nombres tan importantes para la cofradía como Ramón Contreras, Eladio Lapresa, Luis Quesada, José Antonio Maroto; capataces desde José Carvajal hasta el actual José Luis Selfa. Recordó a hermanos, «algunos con nombres y apellidos que la historia ha ido transmitiendo y de otros muchos de los que no conocemos su identidad pero que su trabajo anónimo también ha sido fundamental para que nuestra cofradía haya llegado a donde hoy se encuentra».
Una historia de amor con su barrio y con la ciudad, de trabajo y de veneración «a nuestro Hermano Mayor que está ahí», señalando al Titular de la cofradía levantado sobre un espléndido altar de cultos situado en el crucero de la parroquia.
El templo estuvo totalmente lleno de hermanos y cofrades de otras hermandades que habían acudido a celebrar estos cien años de cofradía. Un texto reflexivo en el que invitó a analizar la posible inclusión de la devoción a María en la hermandad porque «es el momento que esta cofradía de un paso adelante y trate con toda la madurez posible la incorporación de una Titular mariana, una Madre que nos acerque más al Señor, una Madre que sea nexo de unión entre sus hermanos y Nuestro Señor, que nos escuche, nos cuide y nos proteja».
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La juventud estuvo muy presente en su texto, «con la que me siento muy identificado pues así entré yo en la hermandad», dijo, respaldando el impulso que toda cofradía necesita «para continuar mirando al futuro».
El pregonero tiró de ironía para reflejar cómo eran los tiempos en los que la hermandad se gestaba, recursos económicos que buscaba con la rifa de algún vehículo, hermanos que fueron importantes en aquellos años y recuerdos de nombres, hombres y mujeres que hicieron posible el patrimonio de la hermandad, sin olvidar que el verdadero patrimonio es «nuestro Titular con más de tres siglos de presencia en Granada».
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Once hermanos mayores en los cien años de historia han pasado por la cofradía y todos ellos fueron objeto de alabanza y reconocimiento a su gestión. Unos mandatos fueron prolongados en el tiempo como el de Ramón Contreras y otros más efímeros, pero «buscaron el bien de la hermandad» y recordó el patrimonio creado para el culto al Señor del Rescate.
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