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Fieles contemplan el paso de los Gitanos, cubierto de plástico para protegerse de la lluvia. Fermín rodríguez
Un Miércoles Santo mirando al cielo

Un Miércoles Santo mirando al cielo

La cofradía de los Gitanos siguió hasta la Abadía, y Nazareno y Rosario se refugiaron en la Catedral para volver a salir más tarde

Jorge Martínez

Miércoles, 13 de abril 2022, 23:56

Después de la jornada del Martes Santo las expectativas para realizar las estaciones penitenciales de las hermandades del Miércoles Santo no habían mermado. A pesar de que la mañana se levantó con cielo gris en los templos se mantenía alta la moral y se confiaba en que los partes meteorológicos pudieran dar tregua para que, al menos algunas de ellas, pudieran cumplir sus respectivas estaciones en la Catedral. En el mediodía el sol reinaba en la ciudad pero a las cuatro y media de la tarde el cielo se nubló nuevamente y, aún así, la cofradía primera de la tarde, la del Cristo del Consuelo y María Santísima del Sacromonte se dispuso a salir entre los aplausos de los cientos de granadinos que llenaban la Gran Vía. Sin embargo, tan solo diez minutos de la salida en Gran Vía cayó una pequeña tromba de agua, lo que hizo desistir a la junta de gobierno y mandó regresar al interior del templo jesuita. Pero aún hubo una segunda parte cuando anunció el comisario de la cofradía, Francisco López, la suspensión de la salida y el traslado a la mañana de hoy. Pero nuevamente se cambió de opinión y se determinó la salida del cortejo que se puso en la calle una hora después de lo previsto entre aplausos y vítores del público.

La banda de cornetas y tambores Fe y Consuelo de Martos acompañaba al primer paso que fue puesto en las calles a las órdenes de Francisco Rodríguez e integrado por cuadrillas femenina y masculina, de manera alternativa, y sobre calvario de iris morado.

Manto de la Virgen de los Gitanos cubierto con plástico
Imagen - Manto de la Virgen de los Gitanos cubierto con plástico

Sobreesfuerzo humano en la cuadrilla femenina del palio de la Reina del Sacromonte en la salida de rodillas para salvar la estrechez de la puerta de salida del Sagrado Corazón de Jesús, en Gran Vía. Después, la cofradía debía recuperar la hora y pidió venia en Ganivet a la prevista, las siete menos cuarto de la noche. Restaba la estación penitencial en el templo catedralicio y el regreso al Sacromonte. A las diez comenzó a llover nuevamente y la hermandad determinó seguir por Cuesta del Chapiz y regresar al Sacromonte con una impresionante multitud acompañándola.

La tuna con los Estudiantes

Después le tocaba entrar a Estudiantes, o cofradía de Jesús de la Meditación y Nuestra Madre y Señora de los Remedios. Estudiantes y profesores se dieron cita a la hora prevista para iniciar la salida penitencial. Rojo y blanco en las túnicas nazarenas de un cortejo que puso a Jesús de la Meditación a las cinco y cuarto de la tarde en la plaza de la Universidad, después de esperar un poco a que las nubes descargaran en la plaza.

Dentro de la parroquia sonaba la marcha 'Yo soy' por la agrupación musical del Dulce Nombre de Jesús que dirige Felipe Cañizares, mientras que en la calle se hacía la máxima expectación cuando el cortejo precedido por la cruz de guía abrazada por el hermano que la portaba, ya marchaba por calle Málaga en dirección a calle Trinidad puesto que Duquesa está cortada por obras. Al frente de las costaleras, José Luis Idígoras, acompañado de un veterano capataz que se unía al trabajo del equipo, Francisco Figuera. La salida más dificultosa del paso de palio de la Virgen de los Remedios, a las órdenes de José Alberto Díaz, fue salvada por la cuadrilla de costaleros que iba acompañada por la propia banda de música de la hermandad dirigida por Francisco Jesús Cruz. En la plaza de la Universidad la tuna dejó canciones estudiantiles para ambos Titulares.

La tercera hermandad de este Miércoles Santo, ecuador de los días de estaciones penitenciales en nuestra ciudad, era la de Jesús de la Paciencia. La talla del titular de la hermandad apoyado sobre la columna dorada y salida de la gubia del maestro barroco Pablo de Rojas esperaba sobre su paso adornado con clavel rojo en el calvario. Ahora prevista para la salida estábamos en el centro de máximas probabilidades de lluvia, aunque el sol lucía.

Calvario de clavel rojo presentaba el primer paso con esquinas de antirrhinum y alhelíes, en color cardenal, con calas fucsias, iris y rosas. En las inmediaciones de la parroquia esperaba la Agrupación Musical de la Estrella y la banda de Armilla, deseosas de cumplir la estación en dos formaciones que ya son clásicas en el acompañamiento de esta corporación nazarena. Para el palio de la Virgen de las Penas la familia Vedia Martín había dispuesto rosas, lisianthus, minirosas, calas flor de cera y flor de arroz. 'Emperatriz del Realejo' sonaba en calle San Matías, salida de la calidad musical de la banda de Armilla. Bullicio de túnicas moradas y capas blancas que precedían al paso de orfebrería del primer Titular, acompañado por la agrupación de la Estrella. Al salir el de palio, con la música de la banda de San Isidro se interpretó 'Emperatriz del Realejo'', de Rocío Bracero. Después de realizar su salida de Catedral comenzó el aguacero que hizo que se cubrieran enseres y al Cristo de la Paciencia con el capote y regresar de manera apresurada a San Matías.

Rosario y Nazareno

El largo cortejo de la hermandad de las Tres Caídas y Rosario partía desde Santo Domingo con el acompañamiento de la banda de cornetas y tambores de Jesús del Gran Poder con la interpretación del himno de Granada a la Cruz de Guía. Después el toque de oración en recuerdo de todos los ausentes. La Virgen del Rosario con su cuadrilla mandada por Antonio Valentín, entregó a la plaza la Virgen del Rosario mientras sonaba la salve marinera interpretada por la banda de Morón de la Frontera, dirigida por Juan Bautista Serrano. La lluvia deslució el paso de la cofradía por plaza de las Pasiegas refugiándose por espacio de veinte minutos en Catedral y determinando regresar a Santo Domingo una vez que se había retirado el aguacero, recortando su itinerario.

Muy cerca de ese lugar, en las Carmelitas Descalzas, se preparaba ya el cortejo de la cofradía de Jesús Nazareno, partiendo desde el convento de Carmelitas Descalzas. A las ocho salía la cruz de guía de la de Jesús Nazareno que marchaba en silencio, como corresponde, camino de adentrarse en el Realejo para llegar a Catedral. Miguel Ángel Roldán es el capataz general y la banda que dirige Eloísa Rodríguez, la Sinfónica de Ogíjares, tras el de palio de la Virgen de la Merced. Cuando iba por Alhóndiga la lluvia les sorprendió, apresuraron el paso para entrar en Catedral, sin música, y ya dentro acordaron regresar a las Carmelitas detrás de la cofradía del Rosario.

Cinco cofradías para una jornada de incertidumbre meteorológica que obligó mil veces a consultar información y a tener en vilo a los responsables de todas ellas. A ver cómo viene el Jueves Santo.

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