«No sé qué ha pasado pero esa fotografía no es mía»

A Rosa María López le cambió la cara cuando fue a buscar su fotografía que habían dicho que se titulaba «Oro y dolor del Cristo de la Expiración» pero detectó que no era suya realmente. «No sé qué ha pasado pero esa fotografía no es mía», llegó diciendo al atril que ocupaban los oradores en la clausura de la exposición. Fue discreta y esperó al final para expresar su preocupación. Tenía que aparecer el autor de la instantánea seleccionada con el primer galardón y recibir sus correspondientes cuatrocientos euros. No es mucho la cuantía económica de este año pero «es la ilusión de haber ganado este primer premio», indicó a nuestro diario, con la cara de circunstancias. Pronto llegó un compañero que también concursaba y que creía que la fotografía era de un amigo suyo que no se había presentado al acto «porque estaba de viaje». Voy a mandarle la fotografía y ya me dice». Instantes después se confirmaba la autoría de la fotografía premiada que resultaba ser del joven fotógrafo Javier Palenzuela Torres.

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«Ha sido un error de inscripción del sobre que se entrega aparte de las fotografías para preservar la autoría de cada foto», decía la responsable de la vocalía de prensa, Esther Cabello. Resuelto el problema ahora queda hacer llegar al destinatario del premio su diploma acreditativo y el cheque correspondiente mientras Rosa María se quedaba con el regusto del éxito en los labios. Compuesta y sin premio.

Recuerdo a las víctimas.

El acto se había iniciado con las palabras del presidente federativo que lamentaba públicamente de que «como voz de los cofrades tenemos que recordar a tantas víctimas que están padeciendo y sufriendo por el temporal de la zona de Valencia y de otros puntos de Castilla la Mancha a los que unimos a los vecinos malagueños y todos los puntos de la geografía española donde se están sufriendo sus consecuencias». Armando Ortiz manifestó su gratitud a todos los fotógrafos que habían participado en el concurso de este año y a cuantos habían colaborado en la exposición. Tuvo también palabras de gratitud para la viuda de Manuel Lirola, Paqui Liébana, «porque él estaría ahora aquí entre nosotros disfrutando de los premios y de lo que tanto le gustaba, la fotografía».

La exposición sirvió también para premiar el trabajo de Pablo Córdoba Salmerón que había triunfado con su fotografía titulada «Misericordia de Santa Ana» y que se destinará a portada del pregón oficial que pronunciará María del Carmen Sánchez en el comienzo de la próxima cuaresma. Estaba dotado con cien euros. La portada de la edición de la guía de cuaresma se debe al veterano Jorge Fernández Álvarez, también con un premio de cien euros, por su instantánea «el Silencio en su Soledad». Esta última corresponde a otra modalidad destinada este año a favorecer los trabajos desarrollados durante los días de la cuaresma. En las bases del concurso de esta edición se eliminaban los accésit que suele ser parte de la impresión de la revista oficial de las cofradías granadinas.