Jorge Martínez
Sábado, 29 de marzo 2025, 00:28
«Cada vez hay más afición por la Semana Santa y hemos notado que cada vez también más granadinos quieren tener su propia túnica en ... propiedad, es más higiénico y más práctico porque quienes salen todos los años la verdad es que les compensa», cuenta Ramón López, un veterano de la sastrería que, además de atender «la confección de ropa a medida, vestidos y trajes para señora y caballero, ceremonia, uniformes militares o arreglos de costura», atiende con su media decena de operarias en su taller y cumplen con sus encargos «de túnicas nazarenas y de uniformes para bandas de música». Unos metros cuadrados donde lo mismo se forran unos botones para una túnica que se plancha el traje de ceremonia para una boda o se cortan capelinas para los acólitos de un cortejo nazareno. «Hasta hace unos meses estábamos en un local de la calle Estepona pero hemos cambiado recientemente a la calle Concepción porque aquí hay más espacio». Es una zona por la que este año pasarán buena parte de las hermandades granadinas.
Publicidad
Es «toda una vida dedicada a la confección» y últimamente durante varios meses «ya estamos dedicados en gran medida a las túnicas, capillos, trajes de monaguillos y los uniformes de las bandas» que luego vemos y admiramos en los días de Semana Santa «por su estilo y cromatismo» que indican la procedencia de un cofrade o la pertenencia a una formación musical. Ramón López asegura que cada vez «notamos más encargos y en estas fechas no podemos atender más peticiones. Cofradías como los Salesianos, las Maravillas, el Rosario y otras de Padul y pueblos de la provincia «nos piden que atendamos su demanda porque en estás semanas de reparto de papeletas de sitio siempre faltan túnicas». Hay, necesariamente que atender estas peticiones y para ello hay que reforzar el trabajo. Ahora, «esto es una locura».
Raso, loneta o popelín son los tejidos «que siempre se han utilizado para las túnicas de nazarenos y penitentes pero ahora está muy de moda al sarga» que es más penitencial y no posee brillos y por supuesto. «También el terciopelo que se usa en algunas hermandades», principalmente de barrio. En otras prendas como las dalmáticas «se usa el adamascado y para estas vestimentas también el galón de oro para ribetearlas». Cada hermandad tiene sus colores y su diseño, su patronaje y su tallaje «aunque habitualmente partimos de tallas grandes, medianas y pequeñas que en algunas ocasiones hay que ajustarlas», cuenta Ramón López.
Su hija es la heredera del pasado de una vida cortando, cosiendo y planchando. Maripaz está al frente del taller y, aunque afronta proyectos interesantes de futuro, «no podemos abandonar a nuestros clientes de siempre». Al fondo del taller, las máquinas no dejan de reiterar el soniquete de la aguja bajando y subiendo y la maquinaria de vapor para la plancha suelta su vaho al acariciar el tejido.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.