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Francisco Garví Fernández en la Casa de Hermandad del Santísimo Cristo de San Agustín Carolina Fernández
El vestidor cofrade que busca la eterna perfección en Granada
Francisco Garví Fernández

El vestidor cofrade que busca la eterna perfección en Granada

Alfiler tras alfiler, pliegue tras pliegue... Las horas de trabajo van ajustando el tocado. Las formas que enmarcan la cara de la Virgen se dibujan dándole forma a los picos. En este proceso tan íntimo todo importa: hay que cuidar todos los detalles.

Álvaro de la Torre Araus

Granada

Lunes, 7 de abril 2025, 00:30

La técnica milimétrica de Francisco Garví lleva años siendo su mejor carta de presentación. Este cofrade que pertenece a una generación de jóvenes que en los primeros años 2000 adquirió responsabilidades, compromisos y un gran reto: llevar nuestra Semana Santa a un momento de mayor madurez y coherencia. Lo consiguieron, lo lograron todos ellos... Y nuestras hermandades y cofradías fueron adquiriendo la impronta y singularidad  que marcaron su propia identidad.

La Semana Santa nos revela la paciencia de Dios, el Padre que tiene misericordia de nosotros y nos llama hasta la última hora, que no exige la perfección sino el impulso del corazón, que intenta abrirse paso en nuestro interior incluso cuando nos toca caminar por los momentos dificiles. El arte de vestir a las imágenes de la Virgen, ha ido trasladándose desde el anonimato y hasta casi lo accesorio, a una parcela que actualmente tiene gran importancia. Este bello servicio resulta fundamental para lograr esa correcta estética personal de una hermandad, que genere emociones en los fieles y que por la misma, se exalte a la Madre de Dios. Rezar con alfileres es una carecterística más de la Piedad Popular

Los vestidores datan del siglo XVI

Desde siempre Valle de Lecrín mira hacia arriba. Contemplar Sierra Nevada es parte de su riqueza y de su encanto. Este es un territorio bañado por la fragancia de sus naranjos, limoneros y almendros que fue la mejor escuela para Paco Garví, que nació hace 43 años en Talará. Como buen cofrade, la vocación llega en la infancia. Nuestro protagonista ya doblaba telas y les otorgaba movimiento desde bien pequeño. De ello, se han encargado los vestidores. Una figura, hombres en su mayoría, de los que ya existen documentos que certifiquen sus servicios en el siglo XVI.

La misión de vestir externamente el aderezo de una Virgen, asumiendo la realización del tocado, colocando la saya y dando forma al manto y la toca que cae sobre el mismo y cubre la cabeza de la imagen a modo de sobremanto no es una tarea fácil. Granada es una ciudad de grandes vestidores como Álvaro Abril, Jorge Heredia y, algo más joven, Javier Núñez. Junto a la labor de Paco, entre estos cuatro granadinos, la ciudad reconoce con el trabajo de sus manos cómo viste María.

La búsqueda de la perfección

Para dar forma a una vestimenta, Francisco trabaja en compañía del grupo de priostes y camareras, estas últimas encargadas de mantener a punto la ropa o indumentaria de la Virgen, así como de la colocación de la ropa interior (enaguas, camisón...). Este protocolo cambia según las costumbres de cada hermandad, lo que sí es cierto es que la resposabilidad recae en él.

Alfiler tras alfiler, pliegue tras pliegue... Las horas de trabajo van ajustando el tocado. Las formas que enmarcan la cara de la Virgen se dibujan dándole forma a los picos. En este proceso tan íntimo todo importa: hay que cuidar todos los detalles. Uno de ellos es que las enaguas estén muy bien planchadas, todo debe estar 'planchadísmo' y en buen estado, cada pliegue esté milimetricamente situado donde tiene que estar... La búsqueda de la perfección es el sello de ideantidad que tiene Paco. Busca que todo tenga una armonía casí matemática. Vestir a una Virgen sobre todo para su Estación de Penitencia no es una tarea fácil. Como una novia que se va a casar, toda la ropa tiene un significado y por su puesto la mejor calidad. Una vez que está todo se perfuma a la Virgen, se le ajusta el corpiño, se amolda la salla...

Nuestra Madre y Señora de la Consolación

Nuestra Madre y Señora de la Consolación

Maravillas, Victoria, Dulce Nombre, Amargura, Dolores, Penas, Soledad de San Jerónimo y Mayor Dolor son las dolorosas que durante todo el año se encarga de vestir en Granada capital. Esta resposabilidad aún es más íntima con la Imagen de la Virgen de la cofradía a la que pertenece, la hermandad del Stmo. Cristo de San Agustín. En este Año Jubilar de la Esperanza, Nuestra Madre y Señora de la Consolación se presenta vestida por Francisco Garví Fernández con tocado clásico de tul y saya bordada en oro y sedas sobre terciopelo verde aguamarina, bordada por Juan Spitzley Vílchez; porta el rosario verde donado por la Cofradía del Rescate a Ntra. Madre y Señora en su XXV Aniversario de Bendición, como homenaje al I Centenario fundacional de esta querida Hermandad del Lunes Santo. Viste el manto bordado en oro sobre terciopelo negro por Mª Felicitación Gaviero, coronada con la presea del XXV Aniversario de su Bendición, diseño y ejecución de Alberto Quirós.

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