Juan Ramón Olmos
Martes, 14 de marzo 2017, 09:47
Se acabaron las imágenes de riders entrenando en manga corta y del público en las gradas tostándose al sol sin camiseta. Justo cuando está a punto de llegar la estación de la primavera, los Mundiales de Sierra Nevada han decidido ponerse invernales. El bajón en las temperaturas se hizo notable ayer y comenzó a nevar ya de madrugada, de manera que la estación se despertó de color blanco y con unos cinco centímetros de nieve acumulada. Pero aquello fue sólo un avance de lo que ha ocurrido hoy, con una espectacular ventisca sobre Sierra Nevada, y las previsiones apuntan a que caerán cerca de 30 centímetros de nieve durante la jornada. De hecho, la estación ha comunicado a las 10 horas su cierre durante el día de hoy y las 10:30 horas la FIS (Federación Internacional de Esquí ha anunciado la suspensión de la competición del eslalon gigante paralelo, la prueba prevista para este martes.
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Especialmente fuertes están siendo las rachas de viento, por encima de los cien kilómetros/hora. La organización de los Mundiales decidirá en breves si la prueba suspendida se aplaza o se cancela definitivamente.
Según han informado fuentes de la Guardia Civil de Tráfico, en la carretera A-395 que da acceso a Sierra Nevada es obligatorio el uso de cadenas por nieve entre los puntos kilométricos 28 y 32, mientras que permanece cerrado al tráfico, ya por encima del acceso a la estación de esquí, desde este último punto hasta el kilómetro 38,5.
Según los pronósticos del tiempo para los próximos días, esta inestabilidad en los cielos no hará sino tener continuidad y el sol marca de la casa que ha brillado en la primera semana de los campeonatos no volverá a hacer acto de presencia hasta, con suerte, el domingo, día de la clausura de los Mundiales.
Así que, en los próximos días, participantes, entrenadores y la propia organización de los campeonatos no apartarán la vista de los partes meteorológicos, y ya no sólo por la nieve que caiga y que ayudará a borrar todo rastro marrón de la tormenta de arena del Sáhara que descargó hace unas semanas, sino por la importancia del viento. Si bien la visibilidad es imprescindible para que los jueces puedan valorar correctamente las actuaciones de varias de las pruebas que restan por disputar, las rachas fuertes de aire también pueden provocar la suspensión de pruebas, aunque la organización dejó una jornada sin finales el próximo jueves y emerge la posibilidad de tener que recuperar ese día alguna competición aplazada por las inclemencias meteorológicas.
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En el aspecto estrictamente deportivo, la llegada de nuevas precipitaciones y de temperaturas más bajas complica los descensos, ya que la nieve nueva está más suelta y conlleva un cambio en los cálculos de los competidores en cuanto a cómo realizar sus acrobacias. Los encargados de preparar las tablas y los esquís tienen mucho trabajo por delante para encontrar la nueva puesta a punto que necesitan los riders para sentirse cómodos.
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