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Paco Vicente, sentado en el centro de la imagen, maneja la coordinación del evento.
En el cerebro de los campeonatos
Mundiales de sierra nevada

En el cerebro de los campeonatos

Desde las decisiones del jurado de la FIS hasta el reparto de radios, la maquinaria no se detiene en Sierra Nevada para que todo esté a punto

Juan Ramón Olmos

Jueves, 16 de marzo 2017, 01:55

Poder hablar durante diez minutos con Paco Vicente no es fácil. Sube escaleras, las baja, coge la radio, entra en una reunión... Es la ajetreada vida que lleva el jefe de la secretaría de competición de estos Mundiales, que normalmente sólo es jefe de la secretaría técnica de la FADI (Federación Andaluza de Deportes de Invierno). Vicente lleva en su cabeza todas las pruebas de los campeonatos y el listado de gente a la que tiene que mandar las modificaciones de horarios o los resultados de la jornada. Desde su oficina de carrera, la parte administrativa de la competición, «llevamos la logística, los materiales que necesitan los jueces, los formularios de carrera oficiales...», relata este trabajador. Su jornada no empieza por la mañana, sino la tarde anterior a la competición, tras las reuniones de los jefes de equipo en la que el jurado de la FIS (Federación Internacional de Esquí): «Allí se produce un debate, se establece un horario oficial, y nos lo pasan a nosotros. Nosotros distribuimos ese horario a todos los departamentos, desde alojamiento hasta personal de pistas, y entonces todo el mundo se pone en funcionamiento», repasa Vicente.

Por la mañana, al día siguiente, Juan Pablo Carrera repasa las cien radios que tiene en su habitación «cien justas, ni una más, ni una menos, que las tengo que devolver todas», cuenta y empieza el reparto al personal de la organización. Cada uno se lleva la suya y salen a las pistas de Sierra Nevada. Allí, se lleva a la práctica la logística preparada previamente por el equipo de coordinación de Vicente.

«Dorsales de corredores, listas de salida, pasamos toda esa información al personal de competición», explica el miembro de la FADI. Cuando acaba la pelea deportiva, «nos pasan los resultados y volvemos a distribuirlos a todo el mundo, también ejercemos como portavoces del jurado», explica de memoria.

Estos días, Vicente trabaja desde las siete de la mañana hasta las dos de la madrugada: «No tenemos horario», zanja sin dudas, porque «son muchísimas cosas, hay días en que tenemos cinco eventos simultáneos, cada uno con sus particularidades. Tenemos el hándicap de que hay cosas por la mañana, la tarde y la noche, así que no paramos».

Tras diez años trabajando en distintas competiciones, «sólo me faltan unos Juegos Olímpicos», se marca como reto, este representante de la FADI tiene las tablas para poder marcar las diferencias de este Mundial con otras citas deportivas: «Aquí todo es mucho más relevante y grande, más incluso que la Universiada de hace dos años», dice, para justificar a continuación que «si ahora se produjera un fallo, tendría mucha más repercusión».

Horas y horas en la trastienda. Tanto Carrera como Vicente trabajan para que el Mundial salga adelante y se pierden a menudo los grandes momentos. Aunque hay días en que surgen magníficas excepciones. «He estado en la meta, y he podido ver la plata española de cerca», cuenta Vicente, al que se le ilumina la cara durante un segundo. «Sólo por instantes así, merece la pena», cierra.

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