Edición

Borrar
Vista del estado actual del deshielo en Sierra Nevada, con grandes capas de nieve marrón por efecto del polvo sahariano ALFREDO AGUILAR
El polvo rojo sahariano acelera el deshielo y genera una imagen insólita de Sierra Nevada

El polvo rojo sahariano acelera el deshielo y genera una imagen insólita de Sierra Nevada

La calima supone además una fertilización brutal, porque trae muchos minerales en suspensión con efecto directo en los sistemas acuáticos

Javier F. Barrera

Granada

Sábado, 21 de mayo 2022, 00:55

La nieve ya no es blanca y fría en Sierra Nevada. Ahora, en mitad del mes de mayo y en pleno deshielo, es marrón y está caliente. La razón hay que buscarla en el polvo rojo sahariano caído al principio del año, que acelera el deshielo y genera una imagen insólita de Sierra Nevada. De hecho, los expertos consultados por este periódico intuyen que el deshielo esta temporada ocurre a una velocidad que es el doble de lo normal. La explicación de todos estos fenómenos, las lluvias de polvo rojo sahariano o el aceleramiento del deshielo hay que buscarla en el mismo sitio: en el cambio climático, que se acentúa en la montaña granadina.

Lo explica Regino Jesús Zamora, coordinador científico del Observatorio del Cambio Global de Sierra Nevada, que es catedrático del departamento de Ecología de la UGR. «Estamos ante una transición de invierno a verano sin primavera. En dos semanas hemos pasado de riguroso invierno a verano, lo que hace que se funda la nieve más rápido».

Lo que sucede, remarca, es que ha caído agua y nieve sobre la capa de polvo sahariano. «Este polvo hace que la nieve en vez de ser blanca sea marrón y la consecuencia es que genera más calor y se funde antes. No es una superficie que refleja la luz por ser blanca, la absorbe más al ser oscura y se funde antes».

Pone un ejemplo sobre el polvo sahariano. «Es un fenómeno bien curioso. Ocurría en verano y ahora está ocurriendo en estaciones como en invierno, que no es normal. El episodio que ha vivido Granada y Sierra Nevada es diez veces superior al último registro histórico».

Estado actual de las pistas de esquí. ALFREDO AGUILAR

Hay más consecuencias que el aumento en la velocidad del deshielo. «Ha supuesto una fertilización brutal. Trae muchos minerales en el polvo en suspensión, como fósforo, hierro y calcio. El polvo sahariano puede tener un efecto fertilizante tanto en el Mar Mediterráneo, en los ecosistemas terrestres y también en los sistemas acuáticos. En el caso de las lagunas de Sierra Nevada, que apenas tienen sales minerales disueltas en el agua, la intrusión masiva de polvo sahariano provoca un fenómeno de fertilización salvaje, excesivo para esos ecosistemas».

«El episodio de polvo sahariano que ha vivido Granada y Sierra Nevada es diez veces superior al último registro histórico»

rEGINO JESÚS ZAMORA

Catedrático de Ecología

Manuel Villar, expertos en sistemas acuáticos y lagunas de Sierra Nevada mantiene la tesis científica anterior. «El fenómeno del aumento de las intrusiones saharianas, de polvo del desierto, es consecuencia del cambio climático global». Expresa este científico que «a lo largo de las últimas décadas son más frecuentes y más intensas y ocurren fuera de las estaciones habituales de primavera y verano, que es cuando llega la calima y empeora el aire. Entran en periodos incluso de invierno. Por eso es muy llamativo el cambio de color de la nieve de blanco a marrón sucio, que parece que no hay nieve. Es un claro indicio del cambio climático global». En suma, este fenómeno, unido al aumento de la temperatura y la reducción de precipitaciones, son los principales cambios climáticos a los que se enfrenta Sierra Nevada», aclara.

El color de la nieve

Respecto al proceso de deshielo, coincide con el profesor Regino Jesús Zamora. «El hecho de que caiga el polvo sahariano, cambia el color de la nieve. Ya no es blanco. Ya no se refleja tanta radiación correspondiente, porque no es blanca la nieve. Al no reflejarse la radiación se atrapa en la nieve y hace que aumente la temperatura de la nieve y se provoque un deshielo prematuro y en ocasiones la sublimación, que la nieve pasa de estado sólido a vapor de agua y se pierde en la atmósfera». Aquí hay consecuencias graves para el ciclo hidrológico, «porque no llega a los cauces fluviales, a los ríos», zanja.

«Es muy llamativo el cambio de color de la nieve de blanco a marrón. Es un claro indicio del cambio climático global»

Manuel villar

Experto en sistemas acuáticos

Para terminar, «las repercusiones son que pueden bajar menos caudales en los ríos, lo que unido a la reducción en las precipitaciones hace que cambie los ciclos hidrológicos».

Agustín Millares Valenzuela, científico de la UGR, también estudia la nieve, los caudales y el hielo de Sierra Nevada. Monitorizan la montaña desde 2004 y se ha encargado de instalar las estaciones meteorológicas. «Llevamos muchos años con esta cuenca piloto, la del Guadalfeo, donde el cambio climático es clave y predominante. Es una cuenca muy sensible al cambio climático».

Tiene su punto de vista sobre las consecuencias del deshielo acelerado. «Se adelanta el proceso de fusión de nieve y se acortan los plazos y la transformación de esa nieve en caudales. Tiene sus consecuencias en la gestión de los recursos hídricos». Pone como ejemplo la presa de Rules, que depende del almacenaje de nieve en Sierra Nevada. También queda afectada la erosión.

«El deshielo acelerado adelanta el proceso de fusión de nieve y se acortan los plazos y la transformación de esa nieve en caudales»

Agustín Millares

Científico de la UGR

Trabajan con proyecciones climáticas y ven los efectos en la gestión y crean modelos informáticos matemáticos que permitan a los gestores adelantar escenarios. Pero, ojo: «Los modelos son muy variables. Hay que trabajar con muchos y adelantar conclusiones es muy precipitado». Los datos que ofrecen estos modelos son variables.

«Son simulaciones de circulación climática global. Simulan el clima del planeta entero y luego regionalizan en zonas particulares como la nuestra. Y con la información existente y con estadísticas afinan la parrilla a zonas del territorio. Lamentablemente, nos dicen que estamos en los peores escenarios. En tiempo, de estos resultados, el más pesimista dice que para finales del siglo XXI (2080-2100), apuntan una disminución de un 31% de la lluvia, o un 74% menos de lo que va a llover en forma de nieve», explica minuciosamente.

Seguimiento del cambio

El seguimiento del cambio climático en Sierra Nevada implica a muchísimos científicos. Uno de ellos es el biólogo Miguel Galiana, que además es un gran amante de la montaña. Trabaja con las botas puestas desde hace años en la montaña granadina y sus apreciaciones vienen desde la primera línea. «Lo de este año del polvo sahariano ha sido muy bruto, como nunca lo habíamos visto. Y se ha acumulado en poco tiempo. Pero el polvo sahariano lo llevamos teniendo desde hace mucho tiempo. La diferencia es que este año fueron dos olas seguidas con dos frentes que soltaron una barbaridades de polvo sahariano».

La consecuencia, directa en la velocidad del actual deshielo. «Va a toda velocidad. Es uno de los más rápidos que hemos visto». Pone un ejemplo técnico. «Hemos estado haciendo en mayo pozos de tres metros de profundidad cuando lo normal es metro y medio en estas fechas. En muchos puntos hemos triplicado la profundidad de las capas de nieve que medimos».

Respecto al deshielo, apunta una opinión basada en la experiencia. «Para ser riguroso, necesitaríamos las medidas exactas con un perfil completo del río. Pero sí se puede afirmar que las medias de las catas que estamos haciendo, las medidas de las velocidades puntuales son hasta cinco veces más rápidas de los que estamos acostumbrados».

Y termina: «Cualitativamente sí te digo por ejemplo que el río Alhorí de Jérez del Marquesado bajaba brutal, y donde había hasta tres saltos de agua en cabecera, ahora ves solo uno». «Lo de esta primavera ha sido inaudito».

Deshielo tardío en las cumbres. ALFREDO AGUILAR

«La nieve marcelinaes muy mala vecina»

«La nieve marcelina es muy mala vecina». El refrán se utiliza por los agricultores y pastores de Sierra Nevada. Describe precisamente a la nieve que cayó en marzo, que se derrite a mucha velocidad y no es del gusto de estos oficios seculares. Lo cuenta José María Martín Civantos, responsable del Memolab de la UGR, que estudia las acequias de careo, otro importante aspecto del deshielo. El Memolab es el Laboratorio de Arqueología Cultural de la UGR y trabaja directamente con el IGME, el Instituto Geológico y Minero de España.

Su perspectiva es antrópica, desde el punto de la intervención humana, en el mundo rural, y en su caso, de las comunidades de regantes, de la gestión del agua, sobre todo agrícola.

Recuerda que el año estaba siendo terrible. «Hasta que en marzo se puso a llover y nevar». Se trata de esta nieve 'marcelina'. «No da tiempo a que apelmace en los neveros, en los ventisqueros, que la acumulan. La nieve se endurece y se convierte en hielo y se generan espesores de nieve importantes, que son los interesantes para los agricultores, para el riego porque son os que más duran. Son las nieves perpetuas, los que duran todo el verano. Pero no es el caso de la que hablamos».

La consecuencia es la actual imagen de Sierra Nevada. «Por eso ahora vemos el efecto tan rápido del deshielo. Es nieve que no se ha compactado. El efecto visual es que un día es blanco y otro día hay calvas».

Una de las características de Sierra Nevada, y de la gestión del agua que se hace tradicional, son las acequias de careo. «Es un sistema de recarga artificial de acuífero, de época andalusí. Están documentados al menos desde el siglo XI. Estas acequias de careo están funcionando, cada vez hay más. Pero hay muchas abandonadas».

La explicación de su función es maravillosa. «Los agricultores entretienen el agua en las laderas. El agua que se derrite va al cauce del río y en un par de horas al Mediterráneo y en la otra vertiente, camino del Guadalquivir». La idea es que el agua quede retenida en la montaña el máximo tiempo posible. Es una acción, tomando el término de América Latina, que es la siembra y cosecha del agua. Hacer que la montaña se empape de agua. Y la propia montaña retenga el agua». En suma, «se consigue que un contexto geológico, la montaña, que con la roca se considera impermeable, sea un acuífero natural».

Según sus cuentas, hay setecientos kilómetros de acequias de careo topografiadas,» pero no sabemos cuántas están en funcionamiento, porque depende de la capacidad de las comunidades de regantes de echarlas a andar. Y de los pastores, que también tienen un papel muy importante. Les sirven para crear pastos».

El problema es que se trata de actividades tradicionales que se han ido abandonando. «Hoy en día no son económicamente sostenibles, porque no entran dentro de la lógica del mercado, de la competitividad, de la producción industrial. Sus lógicas son mantener el equilibrio natural y cuidar la tierra», explica.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal El polvo rojo sahariano acelera el deshielo y genera una imagen insólita de Sierra Nevada