Rocío R. Gavira
Domingo, 14 de diciembre 2014, 01:14
La industria del porno británico está que echa humo. El pasado 2 de diciembre entró en vigor la nueva regulación de Servicios de Comunicación Audiovisual, conocida como R18, que establece una serie de restricciones al sexo que tachan de "no convencional" para las películas rodadas en el Reino Unido, según informa el diario 'The Independent'. Quedan prohibidos los azotes, la eyaculación femenina, el uso del látigo o flagelar de manera agresiva, entre otras prácticas. Las instituciones pretenden con esta medida que la pornografía online (VoD, video-on-demand) esté regulada por los mismos criterios por los que se guía el porno que se vende en sex-shops, es decir, las cosas que no pueden ver los menores de 18 años. Argumento con el que discrepan los productores de este tipo de cintas, ya que aseguran que lo que de verdad quieren es "disminuir el placer femenino" y "limitar el fetichismo".
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