Las duchas de la miseria

La niña de la fotografía no ha visto una bañera en su vida. Jamás se ha dado una ducha como Dios manda. Por supuesto, no tiene ni idea de lo que es el gresite y jamás ha experimentado la sensación de tirarse a una piscina desde un trampolín. De hecho, su casa ni siquiera tiene acceso al agua potable. Y la que hay, está envenenada.

Un verdadero problema en la India cuando llega una ola de calor extremo como la que sacude la zona estos días, con temperaturas que rozan los 50 grados centígrados. Mientras el asfalto se derrite, la población que no tiene acceso al aire acondicionado o al exclusivo parque de nieve de Ahmedabad, en el oeste del país, se lanza en masa a los ríos, a los pantanos semisecos o a las tuberías rotas que sirven para darse una refrescante ducha en plena calle y huir por unos minutos del asfixiante calor.

La cría de la imagen, además, tiene la suerte de ser pequeña, así que cabe en el pilón, que se ha convertido en su piscina particular. No tiene gresite ni trampolín, pero ni falta que le hace.

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Las personas han muerto ya en la India desde que comenzó la ola de calor, hace un par de semanas. Una gran parte son mayores de 50 años y niños menores de 5, que presentaban signos de deshidratación.