marcela valente
Lunes, 6 de julio 2015, 00:38
Para los lectores de cierta edad se trata de hurgar en los misterios de aquel golpe contra los hermanos Jorge y Juan Born, herederos del mayor imperio argentino, y en el destino de los 60 millones de dólares hoy unos 232 millones de euros que pagó su padre a regañadientes por su rescate. Pero los novatos consumen el libro de moda en Argentina como un buen thriller de no ficción.
Publicidad
de película
Les grababan en vídeo barriendo su celda en calzoncillos. Los hermanos Born fueron al mismo colegio, el Nacional de Buenos Aires, que Mario Firmenich, líder del grupo, que hoy vive como profesor universitario en Cataluña.
Éxito. El libro Born es líder de ventas en Argentina desde que salió hace dos meses y va camino de superar los 120.000 ejemplares.
La historia comenzó en septiembre de 1974, dos meses después de la muerte de Juan Domingo Perón que había sido presidente por tercera vez, y con su sucesora y viuda, María Estela Martínez, más conocida como Isabelita, al frente del país. El secuestro fue de película: en dos minutos, militantes del grupo armado Montoneros, disfrazados de operarios de la empresa de gas, desviaron el vehículo que traía a los potentados Born en el asiento trasero, acribillaron al chófer y a su acompañante, y se llevaron a los hermanos a una «cárcel del pueblo». Desde el escondite, situado al norte de la ciudad de Buenos Aires, exigieron, en principio, 100 millones de dólares de recompensa. Tan absurda parecía la cantidad que el viejo Born se negó a pagar y los dos cautivos, entonces de 39 y 40 años, permanecieron rehenes mucho tiempo. Juan seis meses y Jorge nueve, hasta junio de 1975.
El episodio era conocido pero había quedado eclipsado por la dictadura (1976-83) que derrocó a Isabel y emprendió una feroz persecución de los opositores. Pero han surgido novedades interesantes de la pluma de María ODonnell. Esta periodista se había planteado investigar el financiamiento oscuro de la política y en ese trajín tropezó con este caso en el que parte del botín conseguido impulsó la campaña del presidente Carlos Menem (1989-99).
Tras entrevistar a integrantes de los peronistas Montoneros, ODonnell intentó hablar con Jorge Born, uno de los secuestrados, que hoy tiene 82 años. Y le habló en varias etapas: contó detalles de su familia, de la poderosa empresa Bunge y Born el mayor imperio argentino de exportación de granos e industrias químicas, textiles y de alimentación, del secuestro, de las negociaciones y de los vericuetos del dinero, que pasó por varios países y muchas manos hasta perderse.
Los Born eran la familia más rica del país. Con amigos como los Rockefeller, se sentaban en sillas diseñadas por Dalí y sus salones los iluminaban lámparas de Giacometti. Ricos y poderosos como ningún otro clan en la Argentina de los años setenta. Nadie se atrevía toser a los Born. Así que cuando los secuestradores llamaron al patriarca, el hombre «los mandó a la mierda», cuenta orgulloso su hijo.
Publicidad
«A mi viejo no lo van a conmover. Nunca va a pagar una suma ridícula», les decía Jorge a sus captores. «Tenía el dinero, pero jamás iba a pagar porque eso iba a ser una mancha horrible para su empresa», recuerda el anciano que en aquella circunstancia padeció su intransigencia.
Jorge permanecía incomunicado en una suerte de sótano sin ventanas ni baño. Le alcanzaban un balde con agua para lavarse por la mañana y lo usaba luego como retrete. Al medio año, los captores revelaron a Jorge que su hermano Juan estaba al borde de la locura en el mismo zulo, al otro lado de la pared, y le permitieron contactar con su padre para entablar una negociación.
Publicidad
La mano de Menem
Su gestión logró liberar a Juan y reducir el rescate hasta 60 millones de dólares. El padre aceptó de mala manera y Jorge fue puesto en libertad meses después. Mario Firmenich, líder de la agrupación con apenas 26 años, anunció la hazaña en una conferencia de prensa clandestina.
La periodista ODonnell desvela también que Montoneros pactó la entrega de 16 millones de dólares, en Suiza, al banquero David Graiver, que murió poco después en un accidente aéreo. El resto viajó a Cuba para ayudar a varios dirigentes exiliados en la isla, y a México para financiar la llamada contraofensiva que envió a la muerte a numerosos militantes de Montoneros durante la dictadura.
Publicidad
A fines de los años ochenta, uno de los secuestradores que estaba prófugo, Rodolfo Galimberti, se acercó a Jorge hijo y le propuso ayudarlo a recuperar parte del dinero. Consiguió gente que declaró en contra de la organización terrorista y tocó las puertas que él sabía que debía tocar. Un día se apareció ante Born con una bolsa de seis o siete millones de dólares. El empresario, que se refugió en Brasil para tratar de olvidar, la tomó sin preguntar.
Líderes montoneros le contaron a María ODonnell que otros dos o tres millones se destinaron a la campaña de Menem, que presidió el país entre 1989 y 1999. El presidente los indultó, también a Firmenich, que hoy es profesor universitario en Cataluña. Y, de paso, compensó a Born cediendo a la familia el manejo de la economía durante los primeros años de su gobierno.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.