IDEAL.ES
Domingo, 9 de agosto 2015, 02:04
Abraham Poincheva es todo un aventurero. Vivió dos semanas dentro de un oso disecado, atravesó Francia en línea recta, pasó 120 horas en total oscuridad dentro de una cueva y sobrevivió 20 días como un topo en un túnel.
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Ahora comienza su nueva aventura, esta vez, navegando por el río Ródano, desde su desembocadura hasta Ginebra, durante dos meses dentro de una botella de cristal de seis metros de ancho por dos de largo.
Claramente su obsesión es vivir experiencias "desde el interior, donde se confunde la frontera entre la realidad y el sueño". No obstante, dentro de la botella a veces se alcanza los 47 grados por lo que es un "es un poco angustioso pero irá bien", dice de manera optimista.
Durante los dos meses que dura el trayecto el artista se dedicará, además de a contemplar el paisaje desde su particular bote, a leer, pensar y a "fabricar una cuerda como los marinos en los puertos o como Penélope en la 'Odisea', de Homero".
La iniciativa, apoyada por el Centro Nacional de Artes de la Calle Citron Jaune y el Fondo Regional de Arte Contemporáneo de Marsella (Frac), quedará grabada y editada en un videoblog y un cuaderno de bitácora que podrá seguirse en streaming.
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