julia fernández
Miércoles, 21 de octubre 2015, 01:48
Esta imagen bien podría ilustrar el maravilloso cuento del escritor argentino Julio Cortázar La autopista del sur. En él cuenta lo que ocurre dentro de un embotellamiento en la autopista que une Fontainebleau con París un domingo por la tarde. Sin embargo, los coches que ven encima de estas líneas no tienen matrícula francesa, sino china. Y tampoco era domingo, sino martes. El 6 de octubre pasado, el país vivió una intensa operación retorno de las vacaciones por la fiesta nacional. Y como suele ocurrir en estos casos, todos se pusieron de acuerdo en la hora a la que volver a casa. El peor atasco se vivió en la autopista que une Macao con Pekín. Pese a tener 50 carriles, se colapsó y atrapó durante horas a millones de automovilistas, que tuvieron que echar mano de la paciencia para pasar el puesto de control. Meng Xuejing, una contable de 35 años que regresaba de la región de Mongolia, al norte de la capital, dejó de contar las horas que llevaba en el coche cuando llegó a diez. «Se suponía que tardaría solo cinco o seis».
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