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Los sucesos de 2015: Caras de la muerte

Los sucesos de 2015: Caras de la muerte

Este año hemos vivido un buen ejemplo de cómo la forma absurda que adopta añade un escarnio insoportable a la tragedia

Inés Gallastegui

Miércoles, 30 de diciembre 2015, 00:15

La muerte nunca es bien recibida. Siempre depara una tragedia, grande o pequeña, a quienes se quedan. Pero a veces la forma absurda que adopta añade un escarnio insoportable. Este año hemos vivido un buen ejemplo de ello. El 24 de marzo un piloto de Germanwings estrellaba un avión a 640 kilómetros por hora contra el monte Estrop, sembrando de cadáveres el solitario paisaje de los Alpes franceses. Las 150 personas que habían tomado el vuelo Barcelona-Düsseldorf, 51 de ellas españolas, pagaron con sus vidas el descabellado suicidio ampliado de Andreas Lubitz, un hombre deprimido que había buscado solución médica a su sinrazón. Sus víctimas gritaron inútilmente mientras caían en los segundos eternos que duró su agonía.

No pudo pedir auxilio Asunta, una niña de 12 años a la que sus padres mataron en 2013. Eso ha concluido el jurado popular que el 30 de octubre declaró a Alfonso Basterra y Rosario Porto culpables de su asesinato. Pero la sentencia no responde al sinsentido de fondo: ¿por qué una pareja que desea tanto una hija que es capaz de ir a buscarla a China acaba por envenenarla? También han sido menores vulnerables las protagonistas de una de las reformas legislativas más controvertidas de la democracia española. Después de que la Ley del Aborto se convirtiera en 2014 en la tumba política del entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, cuyo restrictivo proyecto fue desautorizado por Mariano Rajoy, el pasado 9 de septiembre el Senado daba luz verde a un lifting mucho más modesto de la norma socialista de 2010: las chicas de 16 y 17 años ya solo pueden abortar con permiso paterno.

En agosto entraba en vigor otra ley fundamental, la de la Infancia y la Adolescencia, por la que los menores expuestos a violencia de género son reconocidos como víctimas. Es una de las reivindicaciones históricas de los colectivos que pelean para proteger a mujeres y niños de la expresión más horripilante del machismo. El 7 de noviembre un clamor morado gritó contra estos crímenes en las calles del centro de Madrid en la primera marcha unitaria del país. Pero las muertes siguen. La víspera de Nochebuena un hombre mataba en Villena (Alicante) a su mujer. Tenía 36 años y murió de los golpes que le atizó con una piedra. Van 54.

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