'Mocito feliz', el otro famoso en la sombra

A nadie le extrañó que en la foto de familia del bautizo de la hija de Kiko Rivera e Irene Rosales se colase Enrique Jiménez vestido de obispo. Tampoco que estuviese en primera fila en la boda de Cayetana de Alba con Alfonso Díez o que le plantase dos besos a Isabel Pantoja nada más salir de la cárcel. Lo extraño hubiera sido que no apareciese por ninguna esquina. Le llaman Mocito feliz y es el anónimo más conocido del país.

No hay celebrity en España que no tenga una foto con él. Si su singular rostro no surge por un rincón, el evento quizás no sea digno de ocupar más que unas líneas en la prensa del corazón. Este malagueño de 43 años lleva un cuarto de siglo colándose en todas partes: «Siempre he querido ser famoso», sentencia en el hogar familiar. Enrique, el pequeño de seis hermanos, sigue viviendo con sus padres.

No consiguió su sueño de que la duquesa de Alba lo adoptase, como le pidió por activa y pasiva a Cayetana en cada uno de sus encuentros. Pero sí ha logrado convertirse en una parte del mundillo del cuore aunque solo se dedique a permanecer inmóvil tras nuestros famosos.

«Con un traguito de Fanta y con chupar cámara soy el hombre más feliz del mundo», detalla tarareando canciones. En 1991, apareció por primera vez en Canal Sur, pero ya venía bautizado con su nombre artístico. El apodo se lo colocaron cuando con 18 años entró a trabajar en una fábrica en la que rellenaba botellas de zumo.

Desde entonces no ha parado de asomarse a la pequeña pantalla en todo tipo de programas con sus características gafas y el periódico que vende para sacarse unos euros, colgado del cuello.

También ha mostrado toda una galería de disfraces delante de las cámaras, como cuando recibió a Julián Muñoz a la salida de la cárcel vestido de Papa Noél con una caja de mantecados en la mano... que no le hizo ni chispa de gracia al exalcalde marbellí. Con tanto viaje, normal que se conozca al dedillo las estaciones de autobuses de toda España.

¿Cómo se entera de dónde están los famosos?

Bueno, tengo mis fuentes, pero no las puedo revelar. También cuento con mi becario Álvaro, que me va informando de muchas cosas, porque yo no tengo ordenador.

A ello le suma que siempre está pendiente de la televisión. Por las mañanas se levanta y se engancha a El programa de Ana Rosa, Corazón, corazón, Sálvame... para ponerse al día de todo. Va pillando datos y fechas para sus siguientes apariciones.

¿Y de qué vive?

Muchos de broma dicen que me dan unas monedillas con tal de no escucharme (risas).

Rosarios para Chabelita

También se va sacando «propinillas» de las bodas, bautizos y comuniones a las que le llaman para hacer su show. Su actuación estrella pasa por cantar un popurrí de 80 canciones en un minuto en las que no faltan temas como El caballo tira palante y el Torito guapo. Por medio va introduciendo guiños al respetable con los que se ha ganado a Jesulín de Ubrique, María del Monte o José Ortega Cano. El viudo de la «más grande» siempre que puede le da unos «eurillos» para el taxi. Él por su parte ha obsequiado con rosarios a famosos como Isabel Pantoja. «Chabelita me dijo en el bautizo de su sobrina que siempre que le doy un rosario le trae suerte», comenta entre risas.

Mocito feliz se ha convertido en «un verdadero fenómeno sociológico», le llegó a presentar en un documental el director malagueño Ignacio Nacho. Juntos pisaron hace unos años la alfombra roja del Festival de Cine de Málaga y por fin Enrique logró el protagonismo absoluto para un hombre que se define como «humilde y sensible» y que cuenta con una minusvalía del 65%. Le dio suerte su debut. Poco después Santiago Segura lo llamaba para un cameo en Torrente 5.

¿Qué le queda por hacer ?

¡Qué me invite Pablo Motos a El Hormiguero! Seguro que estaría muy bien.