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Domingo, 17 de abril 2016, 12:00
Milvia Armas y Yurena Mederos son dos mujeres casadas por lo civil en el año 2013, que el pasado domingo, 10 de abril, se disponían a bautizar a su retoño de 15 meses en la Iglesia de Santa Risa, en Gran Canaria, cuando el cura se acercó a Yurena para decirle que no podía subir al altar por no ser la madre bilógica del pequeño.
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Sube y échale el agua bendita al bebé, que yo sé lo que tengo que hacer, le dijo a su pareja. Milvia, entonces, subió al altar y bautizó a su hijo, pero una vez terminó la ceremonia, se dirigió a los asistentes para comunicarles lo que el cura les había prohibido minutos antes. Al oír sus palabras, el cura lo negó todo y gritó que no quería a gente como esta en la iglesia.
Días después de este alboroto, la mujer asegura que todavía se encuentra en estado de shock y acusa al cura de homófobo, después de que en las reuniones preparatorias éste no mostrase ningún inconveniente. El cura, por su parte, afirma que, desde el principio, les advirtió de que sólo la madre biológica tiene derecho a bautizar a sus hijos.
Y en cuanto a los padres adoptivos, indicó que estos sí están reconocidos por la iglesia, a diferencia de los matrimonios homosexuales. Además, se muestra convencido de que lo ocurrido estaba preparado de antemano por las dos mujeres. Salieron un montón de gais y lesbianas a gritarme y a decirme todo tipo de barbaridades e insultos, dice el sacerdote, que se reafirma en que hizo lo correcto.
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