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Jueves, 21 de abril 2016, 11:11
La mayoría de los grupos de amigos tienen el típico miembro graciosillo que se pasa la vida contando chistes malos, convencido de que conseguirá hacer reír a carcajadas a los que están a su alrededor, pero que sólo consiguen un silencio incómodo. Pues bien, si eres ese gracioso de los chistes malos, quizá sufras un síndrome neurológico.
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Según cuenta el neurólogo Mario Méndez, de la Universidad de California, este síndrome le fue diagnosticado a uno de sus pacientes, cuya esposa le obligó a acudir a su consulta tras soportar años y años de chistes malos y de noches en vela por culpa de sus ocurrencias. Al parecer, este hombre presentaba un cuadro clínico típico del síndrome Witzelsucht, o más conocido como la enfermedad del chiste.
Según cuenta este neurólogo, las personas que padecen esta enfermedad sienten un impulso constante e irrefrenable de hacer bromas que, además, suelen ser de tono sexual, provocando situaciones incómodas en la mayoría de las ocasiones. El paciente del doctor Méndez sufrió durante su vida dos derrames cerebrales que le dañaron el lóbulo frontal derecho de su cerebro, provocándole un repentino y extraño sentido del humor.
Como curiosidad, cabe destacar que las personas que sufren este síndrome no son capaces de pillar los chistes de los demás. El tratamiento para esta enfermedad, que ya ha sido diagnosticada a varios pacientes, ha sido hasta ahora a base de antidepresivos, con los que han mejorado notablemente.
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