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Viernes, 3 de marzo 2017, 09:13
Los propietarios del Hotel Carmen, en la localidad leonesa de Bembibre, se quedaron helados cuando, el pasado lunes, 120 comensales que acudieron a celebrar lo que parecía un bautizo se fueron sin pagar.
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La cena incluyó entrantes, buena carne, 30 botellas de whisky, vino, agua y refrescos. Cuando entraba la tarta al salón donde se llevaba a cabo la celebración, los comensales comenzaron a salir en fila simulando que bailaban la conga. Acto seguido, los camareros comenzaron a escuchar el ruido del motor de los coches.
En total, la deuda supera los 2.000 euros, descontando la señal que se dio en el momento de la reserva.
No es la primera vez que estos individuos utilizan esta estrategia para irse sin pagar de un establecimiento. Según recoge Antena 3, hace alrededor de un mes, miembros de esta misma familia habrían celebrado una boda y también se habrían ido sin pagar.
El responsable del local, Antonio Rodríguez ha informado al mismo medio que «la denuncia está presentada y que siga su curso, a ver si dan con ellos y sino nada» y ha asegurado que «no son gente de la zona».
Los 120 invitados de un bautizo realizaron el que quizás sea el 'simpa' más multitudinario de la historia el pasado lunes en un conocido restaurante en la localidad leonesa de Bembibre.
La factura ascendía a 2.000 euros y los dueños no pudieron hacer nada para evitarlo ya que cuando entraba la tarta al salón donde se llevaba a cabo la celebración, los comensales comenzaron a salir en fila simulando que bailaba la conga, tras lo cual, los camareros comenzaron a escuchar el ruido del motor de los coches.
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Aunque resulte sorprendente, no es la primera vez que utilizan esta estrategia para irse sin pagar de un establecimiento. Hace alrededor de un mes, miembros de esta misma familia habrían celebrado una boda y también se habrían ido sin pagar.
Actúan en la comarca del Bierzo y aunque no han sido detenidos ya han sido identificados.
Se trataba de un bautizo por lo alto, con 120 invitados a cena y bebidas varias, entre ellas 30 botellas de whiskey. La familia había entregado una señal de 900 euros, sin embargo el precio total de la cuenta era muy superior.
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Hicieron lo que comúnmente se conoce como 'simpa', que se trata de abandonar un lugar sin pagar lo consumido, una práctica que provoca cuantiosas pérdidas cada año a los hosteleros.
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