La emotiva despedida a los jóvenes fallecidos en el ascensor de Madrid

Serenos y arropados por cientos de amigos y familiares que no quisieron dejarles solos en el momento más complicado de sus vidas. Los padres y los tres hermanos de José Amián Paramés, el joven de diecisiete años de origen gijonés que la semana pasada falleció junto a su novia, Belén Jordana de Pozas Poole, en el inexplicable accidente de un ascensor, se apoyan en sus firmes convicciones religiosas para intentar seguir adelante cuando el destino les ha puesto una dura prueba.

Ayer por la tarde, la capilla del Colegio de Nuestra Señora del Recuerdo, en el madrileño barrio de Chamartín, acogió el funeral por los dos jóvenes. En el mismo centro de la Compañía de Jesús en el que se conocieron y donde han dejado «una huella imborrable» entre sus compañeros y profesores. Precisamente, el martes, el día del siniestro, habían concluido los exámenes de segundo de Bachillerato. Terminaban la etapa colegial y se disponían a iniciar la universitaria. José iba a estudiar Empresariales en Icade y su novia, Derecho en Cunef.

La abuela materna de José Amián Paramés, María Dolores García-Astigarraga Mendoza, es gijonesa y conoció en Asturias a su marido, Carlos Paramés Montenegro, cuando éste estuvo destinado en la región como capitán de la Intervención de la Armada. La madre del adolescente fallecido, María Paramés, pese a haber nacido en Madrid, tiene un cariño especial a la ciudad de su madre. De hecho, fue en la iglesia gijonesa de San Pedro donde, en 1998, contrajo matrimonio con Pepe Amián Sánchez.

La pareja no falta cada verano a su cita a orillas del Cantábrico, donde se les puede ver habitualmente en el Club de Regatas y en las fiestas de Somió, donde conservan su residencia de verano. María Paramés es directora de Recursos Humanos de Bankinter y su marido es el gerente de una empresa de formación lingüística del idioma chino. Sus amigos más íntimos de Gijón se desplazaron ayer hasta Madrid para acompañar a la familia y arroparla en el duelo.