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Alberto Flores
Granada
Miércoles, 8 de diciembre 2021, 10:07
La patata es un componente básico dentro de la dieta de la mayoría de los españoles. Ya sean fritas, cocidas, asadas o cocinadas de cualquier otra manera, son uno de los alimentos más consumidos a diario en nuestro país. Sin embargo, la Organización de Consumidores ... y Usuarios (OCU) ha lanzado un aviso sobre un componente tóxico presente en ellas que puede producir náuseas, vómitos o diarrea.
Se trata de los glicoalcoloides, unos tóxicos presentes de forma natural en las patatas que si se ingieren pueden provocar problemas gastrointestinales. Y para evitarlos, la OCU ha mostrado algunas recomendaciones sobre aspectos a tener en cuenta en este sentido. Antes de nada, desde la organización recalcan que la Autoridad Europe de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha evaluado cuáles son los riesgos de estos glicoalcaloides, presentes en la patata, pero también en berenjenas y tomates, además de productos derivados.
En el caso de estos últimos, la EFSA no ha llegado a ninguna conclusión. Sin embargo, con las patatas sí que ha podido determinar que puede provocar algunos problemas de salud como náuseas, diarrea y vómitos. Según el estudio de la EFSA, bastan con ingerir un miligramo por kilo de peso al día para que estos efectos puedan aparecer. Y, sobre todo, estos suelen darse en bebés y niños pequeños.
#Alimentación Los glicoalcaloides son unos tóxicos naturalmente presentes en las patatas, cuya ingesta puede producir molestias gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea.
OCU (@consumidores) November 30, 2021
🥔Te decimos cómo evitar problemas 👇https://t.co/FbpLvrPuIU
Por otra parte, desde la OCU aclaran que esto no significa que todas las patatas sean tóxicas, ni mucho menos. Simplemente recomiendan algunas prácticas para no tener que lidiar con estos problemas. Estas son las siguientes:
• Comprar patatas que vayas a utilizar en las siguientes semanas.
• Evitar las que presenten zonas verdes o tengan algún brote, que son las que más glicoalcoloides acumulan.
• Guardarlas en un lugar seco, fresco, sin luz y bien aireado.
En cuanto a la forma de consumirlas, también ofrecen algunos datos relevantes: cocerlas, freírlas y pelarlas ayuda. Quitarles la piel reduce el contenido de glicoalcaloides entre un 25% y un 75%, porcentajes similares a si se hierven en agua o se fríen en aceite. Además, se puede inactivar esta sustancia tóxica a 170º, una temperatura que recomiendan no superar durante su cocinado.
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