La DGT alerta de problemas con los cambios en las etiquetas de los vehículos

En primer lugar, lo que ocurre con la etiqueta C que reciben los nuevos gasolina y diésel es que se entiende que está desfasado que un vehículo nuevo, equipado con tecnología actual, reciba la misma clasificación que otro automóvil que salió de fábrica hace más de 15 años.

Por otro lado, la etiqueta CERO de los PHEV con más 40 km de autonomía eléctrica genera controversia porque muchos dueños de este tipo de vehículos los llevan a menudo con la batería descargada, por lo que actúan como un modelo de combustión convencional, contaminando, pero tienen las ventajas que supone esta etiqueta

Finalmente, el cajón de sastre que es la etiqueta ECO es polémico porque se trata de una categoría muy amplia que incluye desde vehículos de gas a PHEV con menos de 40 km de alcance eléctrico a microhíbridos (MHEV) que, utilizando un sistema eléctrico de bajo voltaje, hace que modelos de gran consumo y emisiones tengan una etiqueta muy beneficiosa.

A través de diversas asociaciones ecologistas se ha demandado que la etiqueta CERO se aplique solo a los vehículos completamente eléctricos, pero desde Anfac apuntan que sería una mala decisión, puesto que los PHEV son la tipología de automóvil que permite la transición más sencilla desde la combustión a los cero emisiones. Los ecologistas también piden que desaparezca la etiqueta ECO por la facilidad para «trampearla» que hay con los sistemas MHEV, pero esto supondría un duro golpe para los híbridos convencionales.