El aviso de BBVA sobre las tarjetas de crédito que debes conocer

A menudo se confunden dos conceptos: débito y crédito. Ambos caracterizan a la tarjeta bancaria, que pasa a adoptar unas condiciones determinadas a la hora de ser utilizada. Por un lado, la tarjeta de crédito permite «realizar compras y disponer de efectivo, independientemente de que se tenga dinero en la cuenta asociada, ya que el pago se aplaza hasta el mes siguiente», explica la entidad en una nota.

De esta forma, el titular de la tarjeta «contrae una deuda con la entidad financiera que la emite» al afrontar una operación. La principal ventaja de pagar con tarjeta de crédito es que otorga la capacidad de «adquirir bienes y servicios sin necesidad de tener fondos en el momento de hacer el gasto». Sin embargo, se recomienda disponer siempre de los fondos necesarios para saldar la deuda con la entidad para evitar problemas. A la hora de retirar efectivo del cajero, se cobrarán intereses al hacerlo a crédito.

Por su parte, las tarjetas de débito permiten retirar efectivo en cajeros automáticos y realizar pagos en comercios físicos u online. El importe de ambas operaciones «se carga directamente y de manera instantánea en la cuenta asociada a la tarjeta, ya sea una libreta de ahorros, una cuenta corriente o incluso una póliza de crédito».

Por consiguiente, es imprescindible que «la cuenta tenga saldo (o crédito en el caso de la póliza) para poder realizar el pago» de manera correcta. Así, el usuario no se endeuda con la entidad, sino que utiliza la totalidad de sus fondos para pagar estas operaciones.