Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Mercedes Barrutia
Jueves, 17 de julio 2014, 03:05
Un análisis del genoma de un grupo de camaradas, efectuado por investigadores de las universidades de Yale y California en Estados Unidos, ha detectado similitudes entre los genes de las personas que mantienen una amistad. Se trata de un estudio estadístico donde se sugiere que compartir o no ciertos rasgos genéticos puede ofrecer ventajas evolutivas, según informa el Servicio de Información de Noticias Científicas. El trabajo se publica en la revista PNAS.
¿Qué nos hace escoger a nuestros amigos? Primero, lo que nos lleva acercarnos a las personas, es su apariencia; después, su carácter y por último el trato que recibimos de ellos. Pero, ¿nadie se ha parado a analizar el genoma de las personas para elegir un comienzo de una gran amistad? A los científicos sí, sí se les ha ocurrido. Tras realizar un análisis, los investigadores han determinado que existen más que semejanzas físicas entre amigos. Mirando a través del genoma nos encontramos que, por término medio, somos genéticamente similares a nuestros amigos, señala James Flower, profesor de genética médica de la Universidad de California y coautor del trabajo.
El estudio se ha realizado en casi dos mil personas, en las que se compararon parejas de amigos no relacionados con parejas de extraños también sin relación. Estas mismas personas, que no eran ni parientes ni cónyuges, se utilizaron en ambas muestras, cuenta Sinc. Este trabajo apoya la visión de los seres humanos como fuerzas evolutivas, respecto a las personas que nos rodean, señala Nicholas Christakis, coautor del estudio y profesor de sociología, biología evolutiva y medicina en la Universidad de Yale. El investigador explica que parece que nuestra salud no solo depende de nuestra propia constitución genética, sino también de la de nuestros amigos.
Los resultados demuestran que los amigos tienen un 1% de semejanza genética, el mismo porcentaje que nos relaciona con nuestro primo cuarto o con nuestro tatarabuelo. Aunque es un porcentaje pequeño, lo sorprendente es que es estadísticamente significativo, es decir, el incremento no se puede atribuir a resultados del azar, cuentan los investigadores. Tenemos más ADN en común con los amigos que escogemos que con los extraños de nuestra localidad, explica Flower.
Los científicos piensan que la rápida evolución de los últimos 30.000 años puede guardar relación con los resultados de este estudio, sea el entorno social la propia fuerza evolutiva.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.