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La contaminación industrial, primer habitante del Polo Sur

La contaminación industrial, primer habitante del Polo Sur

La contaminación atmosférica procedente de las actividades industriales llegó a esta zona cien años antes que el hombre

Mercedes Barrutia

Miércoles, 30 de julio 2014, 12:55

Un estudio publicado en la revista Scientific Reports afirma que el Polo Sur estaba contaminado cien años antes de que el hombre pisara su hielo. El trabajo, realizado por el Desert Research Institute (DRI) en el estado americano de Nevada, ha utilizado datos de 16 muestras de hielo recogidas en lugares muy separados entre sí en todo el continente antártico, y cubren el paso de más de 400 años.

Imagínense la llegada del hombre al Polo Sur, el desierto de hielo indomable e infinito, condiciones extremas de vida y supervivencia. Una expedición realizada en 1911 por el explorador noruego Roald Amundsen que, años más tarde, se descubre que no es la primera huella del hombre sobre el blanco polar. Antes de que el ser humano pisara tierra virgen la contaminación atmosférica procedente de la actividad industrial ya dejaba indicios de lo que las personas somos capaces de conseguir y transformar. Nuestro nuevo examen muestra el dramático impacto de las actividades industriales, como la fundición, la minería y la quema de combustibles fósiles, alcanzó incluso en los rincones más remotos del mundo, dice Joe McConnell, investigador del DRI.

La investigación es un repaso por más de cuatrocientos años de historia de la industria con un único culpable: el plomo. Está muy claro que la contaminación por plomo industrial fue generalizada en toda la Antártida en el siglo XIX, más de dos décadas antes de que los primeros exploradores llegaran al Polo Sur, cuenta McConnell. El plomo es un metal pesado tóxico perfecto para provocar un daño grave a un ecosistema, aunque las concentraciones medidas en muestras de hielo de la Antártida son muy bajas, los registros muestran que las concentraciones atmosféricas de los índices de depósito se incrementaron en aproximadamente seis veces a finales de 1880, coincidiendo con el inicio de la minería en Broken Hill, en el sur de Australia y la fundición en la cercana Port Pirie, explica el científico.

Contaminación que llega de lejos y de antaño y que hace vulnerable a la Tierra. La idea de que los primeros exploradores se desplazaban sobre nieve contaminada por el plomo de fundición y la minería australianas, y que la contaminación en ese momento era casi tan alta como ahora es, cuanto menos, sorprendente, afirma McConnell.

Una huella que hace daño, que mata, que altera; una señal de identidad que hace a la contaminación industrial dactilar.

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