Mercedes Barrutia
Miércoles, 6 de agosto 2014, 14:24
Una relación que roza el noviazgo que se desplaza a casi 55.000 km/h. Después de diez años persiguiendo al 67P, la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA) se acaba de convertir en la primera nave espacial que se encuentra con un cometa. Una maniobra que ha culminado esta mañana con la entrada en órbita cuando los dos objetos estaban a unos 100 km de distancia. Tras las primeras medidas de temperatura, que es demasiado alta, los científicos han concluido que el asteroide no se encuentra cubierto de hielo.
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Más de 6.400 millones de kilómetros recorridos por el espacio, hibernación, despertar, persecución, acercamiento, drástica reducción de velocidad La vida de la sonda Rosetta es un auténtico diario digno de un programa de televisión. Después de un viaje de cinco meses y cuatro días, después de cinco vueltas alrededor del Sol y de 6.400 millones de kilómetros, estamos encantados de anunciar, por fin, que ¡ya estamos aquí!, ha dicho con entusiasmo Jean-Jacques Dordain, Director General de la ESA.
Esta madrugada, los científicos han llevado a cabo última de una serie de diez maniobras iniciadas en mayo para ajustar de forma gradual la velocidad y la trayectoria de Rosetta a las del cometa. Si cualquiera de estas maniobras hubiera fallado la misión se habría perdido; el cometa, simplemente, hubiera pasado de largo, cuenta Dordain. La nave europea Rosetta se ha convertido en la primera nave de la historia en ir al encuentro de un cometa, un hito en la exploración de nuestros orígenes. Ha llegado la hora de los descubrimientos, ha añadido el director.
Las primeras mediciones de las condiciones del 67P han determinado una temperatura más alta de lo esperado por los científicos. Aunque 70 grados puede parecer bastante frío, es en realidad entre 20 y 30 grados más cálido de lo predicho para un cometa cubierto exclusivamente de hielo a esa distancia del Sol, explica la ESA en un comunicado. Este resultado es muy interesante, porque nos da las primeras pistas sobre la composición y propiedades físicas de la superficie del cometa, dice Fabrizio Capaccioni, investigador de la institución en Roma.
Recopilar información sobre la conductividad térmica, la densidad y la porosidad de la superficie del 67P a hasta diez centímetros de profundidad es de vital importancia para el siguiente paso de la misión: seleccionar el lugar donde aterrizará Philae, el módulo de aterrizaje de Rosetta.
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Seguiremos rellenando páginas de este diario espacial sobre la vida de Rosetta.
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