Estas son las dos ciudades españolas más recomendadas para jubilarse este año

Llega un momento de la vida, sobre todo en la etapa final de la trayectoria profesional, en la que todas las personas piensan en su jubilación. Y, llegado el momento, los hay que prefieren disfrutar de la tranquilidad de su casa y también los que buscan un destino cómodo y tranquilo al que mudarse que resulte más económico que la ciudad en la que viven.

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Para estas últimas personas que buscan un nuevo lugar en el que disfrutar de su merecida jubilación, la plataforma International Living ha realizado un ranking con cinco destinos a los que mudarse una vez alcanzada la edad de jubilación. Lugares de diferentes rincones del planeta entre los que se encuentran dos ciudades españolas con una gran calidad de vida que no son ni Madrid ni Barcelona.

Las elegidas en este caso son Burgos y Logroño, una decisión que tiene que ver con cuestiones relacionadas con el clima, el costa de vida y la oferta cultural, que son los aspectos que han establecido como criterios para la elaboración de la lista en International Living. De hecho, según explican desde el portal «son lugares completamente atractivos para personas de cualquier edad», no solo para jubilados.

De la lista de cinco destinos solo dos de ellos son españoles, Burgos y Logroño. Estas ciudades han sido elegidas debido a su cultura, gastronomía, clima y precio medio de la vivienda. De ellas también han valorado que cuentan con muchos bares y resultan fáciles de acceder a pie. En el caso de Burgos, según International Living una pareja puede vivir bien con un presupuesto inferior a los 2.000 euros al mes. Mientras que en el caso de Logroño establecen el precio de la vivienda en el centro de la ciudad en unos 700 euros mensuales.

Además de estas dos ciudades, hay otras tres seleccionadas por International Living como destinos perfectos para los jubilados este año. Una de ellas es Guanajuato, un pueblo a 300 kilómetros de la capital de México. Mientras que las otras dos se ubican en Ecuador: Vilacamba, con una gran calidad de vida; y Mindo, a pocas horas de Quito y con una gran conexión con la naturaleza.