Á. L.
Martes, 18 de septiembre 2018, 11:57
Los vehículos diésel se enfrentan a una prueba precisa con su paso por la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). La implantación de esos nuevos sistemas informáticos para detectar irregularidades, las pruebas de emisión de gases y también el probable incremento del precio, son factores ... muy a tener en cuenta. Y es que una de las principales novedades para este tipo de coches, es la obligación de pasar una segunda prueba para aquellos matriculados tras 2006.
Publicidad
El control de la centralita del vehículo (OBD) permitirá a los técnicos acceder a la información interna del coche para saber si cuenta con algún tipo de software capaz de manipular la emisión. En caso de corroborarlo, el resultado de la inspección sería negativo, automáticamente.
La pretensión no es otra que la de reducir la emisión de gases contaminantes. La inspección será especialmente dura para aquellos coches matriculados a partir de 2011, debiéndose estos ajustarse a la norma de la Unión Europea Euro5 y Euro6. Desde 2003, por normativa, los diésel deben llevar un euroconector que permita el empleo de estos sistemas. Los de gasolina están obligados desde tres años antes.
Además de los gases, se medirá con precisión los sistemas de seguridad del vehículo -ABS, airbag…- y cualquier otro parámetro que pudiese ser modificado. Todo ello podría suponer un incremento del precio de la ITV. Los fabricantes de coches podrían empezar a cobrar a los talleres por el acceso al software del vehículo, lo que derivará en un coste mayor para el propietario.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.