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El príncipe que «murió sin conseguir lo que más quería»

El príncipe que «murió sin conseguir lo que más quería»

Enrique de Dinamarca murió sin conseguir lo que más quería. Amado y criticado en la misma medida, simpático, vividor y extremadamente culto, nunca entendió por qué debía caminar detrás de su esposa

IRMA CUESTA

Domingo, 18 de febrero 2018, 01:05

Enrique de Dinamarca fue un tipo peculiar. De otro modo, sería imposible imaginarlo disfrazado de oso panda en una cena de gala del Fondo Mundial para la Naturaleza (una imagen que los presentes jamás olvidarán), sacando la lengua a los periodistas que le daban la ... lata, asegurando que la carne de perro, aunque algo seca, no estaba nada mal, o gritando a los cuatro vientos que, dado que su esposa no consentía en nombrarle rey, debía olvidar la idea de que algún día descansarían juntos para siempre. Aún así, su muerte dejó ayer un enorme vacío no solo entre los miembros de su familia, sino en un país, acostumbrado a valorar la humildad y la discreción, que durante décadas criticó sus frecuentes arrebatos de ira, su empeño en convertirse en rey y su buen vivir.

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