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fran justicia
Viernes, 15 de julio 2016, 10:10
Es verano y las temperaturas no hacen más que recordárnoslo, el sol está en su máximo esplendor y sus incandescentes y calientes rayos amenazan con dañar nuestra piel a diario. Precisamente los rayos ultravioleta son los causantes de numerosos cánceres de piel que se desarrollan al año, por lo que es fundamental que la protejamos allá donde vayamos, no únicamente cuando acudimos a la playa o pasamos un día de campo o piscina con amigos y familiares. Si bien debemos cuidar nuestra piel y defenderla de estos nocivos rayos, la protección debe ser la adecuada para cada momento, edad y especialmente tipo de piel, ya que por ejemplo una piel seca no necesitará la misma protección que una piel grasa por lo que el producto deberá ser diferente.
La realidad es que no nos podemos quejar de no tener aliados contra el sol y es que disponemos en el mercado de abundantes productos ya sean cremas, spray, lociones, geles o bálsamos, entre otros, que aseguran protegernos del sol y que puedes adquirir a gran precio si te beneficias de las ofertas en protectores solares de Belleza Ideal. Sin embargo, muchas veces simplemente su función protectora se queda en el mero eslogan de una marca y no producen tales beneficios, provocando daños irreparables en nuestra dermis. No obstante, no te preocupes puesto que ante tanta variedad nos hemos propuesto establecer tres claves que todo producto protector solar debe poseer para ser eficaz, así que pon atención y tenlas en cuenta de cara a elegir el compañero perfecto de tu neceser este verano.
1. Doble protección
Normalmente el único requisito que buscamos en los protectores solares es que nos protejan contra los rayos ultravioleta, UVA, pero la realidad es que no son los únicos que afectan a nuestra superficie cutánea, ya que los rayos infrarrojos, IR, también son altamente nocivos. Mientras que los rayos UVA se encargan de provocar daño en nuestra piel al penetrar profundamente en ella incrementando el riesgo de padecer cáncer, envejeciéndola y provocando errores en el ADN pero sin quemar la piel, lo rayos IR, penetran en ella y al aumentar la temperatura de su interior provocan que nuestra piel sea más sensible a los nocivos rayos UVA, es decir potencian su daño progresivo. Por esta razón es muy importante que tu protector solar ofrezca protección frente a ambos rayos, UVA e IR.
2. Factor de protección
Otro de los elementos que debes tener en cuenta, un gran conocido pero a la vez desconocido para muchas personas que a diario adquieren protectores solar y que no dedican unos minutos a conocer cuál es su SPF, Sunburn Protection Factor, es decir, factor de protección contra quemaduras solares. El factor determina la eficacia del producto a la hora de protegerte de los rayos UVA, aunque recuerda, también tiene que protegerte de los rayos IR. Concretamente se centra en las quemaduras que dichos nocivos rayos pueden provocarte en la piel. El SPF se mide en función del tiempo que tarda la piel en enrojecerse, es decir, cuanto más alto sea el SPF, más tiempo te protegerá frente al sol y por tanto más tardará tu piel en quemarse, en el momento en el que se enrojezca la superficie cutánea, el producto habrá perdido su eficacia. También se mide a partir de porcentaje de protección, así lo más normal suelen ser SPF 15 como mínimo que asegura un 93% de protección frente a SPF 50 que ofrece hasta un 98% de seguridad. Eso sí, todo dependerá de tu tipo de piel y de lo que tarde en enrojecerse.
3. Resistencia
Para que algo te proteja debe estar siempre contigo, y por ello el producto debe ser duradero y resistente a agentes externos como por ejemplo el agua. Partiendo de la base de que en verano a diario estamos en contacto con el agua, y que el uso generalizado de estos productos se asocia con una exposición al sol en piscinas y playas, es muy importante que el protector que elijas ofrezca alta resistencia al agua, ya que así no pasarás ni un solo segundo sin esa capa de protección de tu piel. La mayoría de protectores solares no ofrecen resistencia al agua, por lo que es muy importante que junto con los otros dos factores busques en la etiqueta esta condición que normalmente suele ir expresada en inglés como WR, Water Resistance, junto a una cifra que indica el tiempo que puede estar bajo el agua y en funcionamiento. Lo normal son 40 minutos.
Ahora ya sabes todo lo que necesitas para elegir un buen protector solar. Recuerda, no tienes que usarlo únicamente en situaciones relacionadas con el verano como la playa o la piscina, incluso para salir a la calle en horas concretas en las que la temperatura es muy elevada es una opción de práctica obligada. No te separes de él y protege tu piel en cada momento.
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