Así es cómo debes descongelar la comida para evitar una intoxicación

Aunque congelar comida es una forma segura de alargar la vida de los alimentos, evitar desperdicios y reducir gastos, en algún momento dado, todos hemos andado justos de tiempo y no hemos tenido más opción que descongelar comida a temperatura ambiente en la encimera o en el fregadero de la cocina. Algunos incluso meten los alimentos debajo del agua caliente para acelerar el proceso. Sin embargo, ninguna de estas fórmulas es la correcta.

Estas opciones, aunque son más rápidas y sencillas a priori, pueden derivar en una intoxicación alimentaria, por lo que la AESAN ha decidido compartir con la ciudadanía una serie consejos para llevar a cabo este proceso de forma adecuada y evitar así posibles sustos.

Con una descongelación correcta no se reducen los nutrientes de los alimentos ni existen riesgos de intoxicación, ya que el proceso de congelación detiene el crecimiento de microorganismo, siempre y cuando se mantenga a una temperatura mínima de -18ºC.

La congelación de alimentos evita que los microorganismos sigan proliferando, pero no los destruye, por lo que al sacar comida del congelador el aumento de temperatura implica que los microorganismos se reactivan y multiplican. Por eso, la AESAN apuesta por no descongelar nunca nada a temperatura ambien, a menos que así lo indique el etiquetado.

«A temperaturas entre 5 y 65ºC los microorganismos pueden reproducirse con mayor rapidez y se pondría en riesgo la seguridad del alimento», ha explicado el organismo, que considera la nevera el mejor método para evitar intoxicaciones, aunque eso requiera más previsión. Algo similar ocurre con los huevos, la leche o las sobras.

Lo más correcto y seguro para descongelar comida es hacerlo de forma lenta y a temperaturas de refrigeración. Por ello, desde AESAN recomiendan hacerlo en la parte más fría de la nevera, que suele ser la zona más baja. Siguiendo con sus instrucciones, lo óptimo es sacar la comida del congelador al menos con 12 horas de antelación y dejarla en el frigo con una bandeja o plato que recoja el líquido que suele al descongelarse.

También puedes descongelar la comida en el microondas. Si bien es la manera más rápida de hacerlo, no suele resultar muy homogénea. Para conseguir una descongelación más uniforme usa la potencia más baja, cortar los alimentos en trozos pequeños siempre que sea posible, repártelos por la superficie del plato y remueve el alimento durante el proceso varias veces.

En cualquier caso, una vez descongelado, la AESAN recomienda cocinar y consumir los alimentos lo antes posible.