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Un pescador de Ouidah contempla el mar desde la playa donde durante siglos embarcaron, cargados con grilletes, a cientos de miles de esclavos rumbo a América.:: REPORTAJE FOTOGRÁFICO: SERGIO GARCÍA
Esclavos de su pasado

Esclavos de su pasado

Siglos de terror han dejado su huella en la costa africana, donde se aprecian aún los estragos provocados por comerciantes sin escrúpulos casi siempre al amparo de sus gobiernos

SERGIO GARCÍA

Lunes, 7 de enero 2019, 00:19

Por sus venas corre la sangre de aquellos que buscaron refugio sobre las aguas de un lago para conservar su libertad. Allí siguen sus descendientes, en esa Venecia a la africana, infestada de mosquitos y envuelta en una humedad empalagosa, donde la electricidad es un ... invento de ayer y el agua corriente, una entelequia. Su pesadilla duró siglos, desatada ya en toda su crueldad mucho antes de que los papas Nicolás V y Alejandro VI, el Borgia, autorizaran el comercio de esclavos primero a Portugal y luego a España. Largas filas de desgraciados cargados de grilletes y despellejados a latigazos recorrían el país por caminos y manglares cada vez que el reyezuelo de turno tomaba una aldea y hacía prisioneros. Llegaban de Abomey, de Porto Novo, de Dassa Zume, de Savalou, todos con el horror escrito en los ojos, malheridos y famélicos. Un infierno en la Tierra que iba desde Senegal a Angola y daba la vuelta al continente hasta Zanzíbar y el Cuerno de África.

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