Fernando Grande-Marlaska entrega una de las condecoraciones, ayer, en El Pardo. EP

Un olfato de medalla

El ministro del Interior impone las primeras cinco condecoraciones del Mérito Canino a otros tantos perros protagonistas de grandes servicios policiales en la Guardia Civil

Lunes, 15 de noviembre 2021, 19:25

Poco antes de las doce y treinta del mediodía, el pasado 4 de septiembre, Xena, una pastor alemán de cinco años, giraba alrededor de un cadáver a casi 2.000 metros de altura, en un pico de difícil acceso de la sierra que une Madrid con Segovia. Quería llamar la atención de su guía, adiestrador, compañero y amigo, el sargento Francisco Borreguero. Una vez más había cumplido de forma brillante su misión como agente canino de la Guardia Civil. Esta perra con nombre de princesa guerrera, que tiene su casa en el Servicio Cinológico de El Pardo (Madrid), había hallado, tras una semana de búsqueda, los restos mortales de Blanca Fernández Ochoa, la gran esquiadora madrileña, bronce olímpico, cuya desaparición fue denunciada por su familia el 29 de agosto y en cuya localización se afanaron centenares de agentes, montañeros y ciudadanos.

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Desde hoy muestra orgullosa en su arnés la escarapela que acredita que es uno de los primeros cinco agentes caninos de la Guardia Civil en ser reconocidos con una nueva condecoración del cuerpo, la Mención de Honor del Mérito Canino, por sus grandes méritos en la ayuda a los ciudadanos y la persecución de prácticamente todas las formas de criminalidad.

La mismo pose de orgullo tenía un colega, Juper, un perro de aguas con base en la unidad cinológica de Granada y con un olfato infalible para las drogas. El pasado 1 de julio fue determinante para localizar 800 kilos de hachís ocultos entre productos congelados en un camión que circulaba por la A-92, a la altura del pueblo de Chauchina.

Ambos, acompañados por sus guías, fueron condecorados a manos del ministro del Interior por sendos servicios relevantes. El acto, realizado en el centro de adiestramiento de El Pardo, homenajeo también a tres veteranos por toda una carrera de importantes servicios. Tietar, también vecino de las instalaciones de El Pardo, fue el primer perro especialista en localizar cebos envenenados; Henco, un lince distinguiendo billetes falsos de auténticos, que vive en Barcelona; y Shulo, de la unidad gaditana, una pesadilla para los narcotraficantes.

Casi 75 años de hazañas

Fernando Grande-Marlaska, gran amante de los perros y activista contra el maltrato y asesinato de galgos, disfrutó de un acto en el que también se inauguró un memorial en recuerdo de los miles de canes que desde el 6 de abril de 1948, cuando se creó el primer equipo mixto de agentes, han prestado servicios destacados.

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Entre todos ellos, el ministro tuvo un recuerdo especial para cinco agentes caninos ya fallecidos. Rocco, que murió en 1953 tras salvar a su guía y a tres guardias más; Irrintzi, muerto en 1983 cuando localizó una bomba-trampa y salvó a cinco agentes; Ajax, protector de la familia real y del presidente del Gobierno y localizador de una bomba-trampa en Palma; Elton, que encontró el cuerpo de Diana Quer; y Marley, que ayudó a localizar a otra asesinada, Laura Luelmo, y el cadáver del pequeño Gabriel.

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