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P. MUÑOZ
Miércoles, 24 de abril 2019, 00:45
Es la piedra más excepcional surgida de las entrañas de Botsuana, el segundo productor mundial de diamantes tras Rusia. Tanto que va a servir para promocionar el bello país africano y sus diamantes. Sus descubridores, admirados por el azul intenso de la gema, le han ... puesto el nombre de 'Okavango Blue', en homenaje al Delta del Okavango, otra increíble joya de la naturaleza. La excepcional piedra preciosa de 20,46 quilates (4,2 gramos), la más grande de ese color jamás hallada en Botsuana, fue localizada por la firma estatal Okavango Diamond Company en la mina de Orapa, al este del país, considerada la explotación de diamantes más extensa del mundo. La empresa acaba de presentar en público su fabuloso tesoro.
En bruto, era una gema de 41,11 quilates y una vez pulida quedó en algo menos de la mitad. El pedrusco, que tiene forma ovalada, permanecerá expuesto antes de salir a la venta a finales de año. Su precio es una incógnita, pero como mínimo tendrá siete cifras. «Este diamante es una piedra realmente excepcional y superará de largo el millón de euros», ilustra Egor Gavrilenko, director del Laboratorio de Análisis y Certificación del Instituto Gemológico Español (IGE). «Los diamantes azules naturales son muy raros en cualquier tamaño, pero el mayor de diez quilates es ya algo excepcional, y aquí tenemos uno de más de veinte», dice Gavrilenko, que recuerda que el récord de precio por quilate jamás pagado por una gema lo posee, precisamente, un diamante azul de 12,03 quilates, el 'Blue Moon', que se vendió en 2015 en Sotheby's por 45 millones de euros, a casi 4 por quilate. Aunque, a la hora de tasar una joya, el tamaño no lo es todo. «También es importante la pureza, la calidad de talla y sobre todo la intensidad del color azul», apunta el experto.
«Desde el primer momento en que vimos el diamante azul, tuvimos claro que teníamos algo muy especial. Todo aquél que lo ha visto se ha maravillado. Es increíblemente inusual que una piedra de este color y naturaleza salga a la luz en Botsuana», explica Marcus ter Haar, director de operaciones de la compañía.
La piedra debe su icónico tono azulado a la inclusión a nivel molecular de un mineral poco frecuente, el boro, que se encontraba en las rocas de los océanos hace entre 1.000 y 3.000 millones de años, cuando se empezó a formar el 'Okavango Blue'. «Solo un puñado de diamantes similares han salido al mercado en la última década, y éste es el más significativo», apostilla Ter Haar.
La piedra azul servirá para promocionar Botsuana como productor mundial de diamantes éticos naturales. Los gemólogos han evaluado su pureza como VVS2 (una de las más altas) y su llamativo color azul se ha calificado como tipo IIb 'Fancy Deep Blue'.
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