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Un placer helado

Un placer helado

La imagen tiene algo de trampa y acaba, en su parte superior, justo donde está la salida, el final para este sufrimiento, la huida para dejar de tiritar

F. MIÑANA

Lunes, 31 de diciembre 2018, 16:06

Una mujer nada en las aguas de un lago congelado. Y parece que nade sin aspavientos, como si el frío, rodeada de placas de hielo, no mordiera sus músculos. Como si no diera brazadas apresuradas hacia la salida, como si no chapoteara en busca de una toalla, de un abrazo cálido que acabe al fin con el dolor. Al contrario, parece que disfrute del baño. La imagen tiene algo de trampa y acaba, en su parte superior, justo donde está la salida, el final para este sufrimiento, la huida para dejar de tiritar. Al borde de este lago hay una escalera por la que algunos nadadores osan cada año, en diciembre, zambullirse en las gélidas aguas del parque Beiling, en Shenyang, desafiando las temperaturas bajo cero y el agua que hay bajo la capa de hielo que cubre todo el lago. Es un parque inmenso, gigantesco, que se extiende por millones de kilómetros cuadrados en la provincia de Liaoning, al noreste de China. La tradición reúne cada año, en vísperas de la Navidad, a un grupo de valientes, más adultos que jóvenes, que disfrutan con el chapuzón en este agua capaz de reanimar a un muerto. Muchos eligen un bañador del color de la ropa de Santa Claus y algunos hasta se cubren la cabeza con el célebre gorro rojo con el pompón blanco.

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