Queman 3'6 toneladas de marihuana en una súper plantación en México

Militares mexicanos quemaron este miércoles una plantación de tres hectáreas de marihuana en Cosalá, localidad de la región montañosa del estado de Sinaloa, en el noroeste de México.

La marihuana estaba sembrada en lo alto de una montaña cercana al núcleo urbano, a la que una patrulla de unos 25 efectivos de la Secretaría (ministerio) de la Defensa Nacional (Sedena) accedió tras recorrer a pie poco más de un kilómetro desde donde habían estacionado sus vehículos.

Los militares llegaron en vehículos todoterreno al sitio del operativo, al que llevaron a un grupo de reporteros, entre ellos el corresponsal de Efe.

El último tramo al sembradío fue de un kilómetro en cuesta entre plantas de bledo, árboles de ayale, viejas pitahayas, brasiles hasta llegar arriba, donde las verdes plantitas con bolitas gomosas estaban listas para ser arrancadas.

El lugar estaba abandonado y no se veían rastros de los presuntos responsables de la plantación.

Los militares calcularon el peso de la marihuana, que fue destruida por incineración, en unas 3,6 toneladas, a razón de 1.200 kilos por hectárea, declaró el coronel de Infantería Andrés Palma Salgado.

«Se va a llevar a cabo la destrucción por incineración a fin de disminuir el trasiego de estupefacientes, la capacidad de producción del plantío de referencia es de 3,6 toneladas de enervante a razón de 1,2 toneladas por hectárea», detalló.

El sembradío de marihuana fue localizado durante los habituales reconocimientos terrestres que lleva a cabo la novena zona militar de Culiacán, capital del estado de Sinaloa, que en estos operativos está respaldada por soldados de la tercera región militar de México, localizada en el estado suroriental de Chiapas.

El jefe castrense recalcó que las actividades del personal militar se llevan a cabo con la prudencia del caso, atendiendo «los principios aplicables al uso de la fuerza y respeto a los derechos humanos y dentro del marco legal».

Mientras el cielo se cubría de nubarrones de la inminentre lluvia, los soldados apuraban el paso arrancando de raíz las plantas de marihuana para arrojarlas al fuego.

Una humareda del mismo tipo se veía a distancia, en la cima de un cerro cercano al poblado de La Cuchilla, donde otra patrulla militar también destruía marihuana.