La insuficiencia de los programas oficiales de formación al paciente diabético, su falta de conocimiento sobre la enorme importancia de cumplir del tratamiento y controlar la enfermedad a rajatabla, además de ser una fuente constante de graves complicaciones de salud, le genera a las administraciones ... sanitarias un exceso de gasto de más de 1.000 millones de euros cada año, según los cálculos de la Federación Española de Diabetes (Fede), que representa a los casi seis millones de españoles que padecen esta patología. Indica que este déficit de educación sanitaria personalizada es responsable de al menos un 9% del gasto contra la patología, que en España ya alcanzó los 14.000 millones anuales en 2021.
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La organización de pacientes señala que el asesoramiento, control y coordinación del enfermo entre los distintos profesionales y niveles sanitarios es un elemento «crucial». Calculan que, debido a la falta de formación, la mitad de las diabéticos o no toman la medicación con la regularidad necesaria o la abandonan y no respetan el estilo de vida saludable (alimentación sana y ejercicio físico) que les son indispensables para ralentizar la progresión de la dolencia y para evitar que se agrave con serios daños en la visión, problemas renales y vasculares (tanto de cerebro como de corazón) o derive en otras lesiones muy graves, como la posibilidad de amputaciones.
Fede denomina a la diabetes «la epidemia silenciosa» porque el crecimiento de nuevos casos en España es acelerado, con la segunda mayor prevalencia de Europa tras Alemania. En la última década los enfermos aumentaron un 45% y ya rozan el 15% de la población. Pero el crecimiento sin freno de los factores de riesgo evitables (tabaquismo, sedentarismo y obesidad) pronostica que antes de 2030 habrá otro 20% más de pacientes.
La federación advierte a las autoridades que si no quieren ver cómo se dispara el gasto sanitario público y se arruina la calidad de vida de un alto porcentaje de enfermos deben tomar con urgencia dos tipos de medidas. En primer lugar, la ya citada: generalizar la formación de pacientes para evitar que la enfermedad se agrave. En segundo lugar, desarrollar una ambiciosa estrategia de prevención, que conciencie para huir de los factores de riesgo, pero también que extienda los cribados para la detección temprana de la dolencia. Al menos un tercio de los diabéticos padece hoy la enfermedad sin saberlo.
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