DARÍO MENOR
Roma
Domingo, 8 de marzo 2020, 14:07
El coronavirus divide Italia en dos mitades. En Lombardía y 14 provincias del norte, la zona más golpeada por la enfermedad y donde viven 16,7 millones de personas, el Gobierno impuso esta madrugada férreas restricciones de movilidad a la población hasta el 3 de ... abril para tratar de evitar que sigan los contagios. «No hay una prohibición absoluta de transferirse de estas áreas del norte a otras partes del territorio. Pero hay una necesidad de motivar los movimientos sobre la base de unas indicaciones específicas. Seguramente hay una movilidad reducida», comentó el primer ministro, Giuseppe Conte, insistiendo en que «no se para» toda la actividad en la zona afectada, aunque sus habitantes tendrán que explicar a la Policía el motivo por el que salen de sus viviendas. Sólo se podrá hacerlo por exigencias laborales, necesidad imperiosa o problemas de salud.
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Las mayores restricciones afectan a Lombardía y 14 provincias: Parma, Piacenza, Rímini, Reggio-Emilia, Modena, Pesaro-Urbino, Venecia, Padua, Treviso, Alessandria, Asti, Vercelli, Novara y Verbano-Cusio-Ossola. Todas ellas están situadas en las regiones norteñas de Emilia-Romaña, Véneto, Piamonte y Las Marcas. En estos territorios se suspenden las manifestaciones y eventos, las ceremonias civiles y religiosas, incluso los funerales, y los bares y restaurantes sólo podrán abrir hasta las 18 horas y siempre que garanticen que sus clientes pueden mantener una distancia de seguridad mínima de un metro. También se pide a todas las personas que sufran problemas respiratorios y tengan una fiebre superior a los 37,5 grados, aunque no estén infectadas de coronavirus, que permanezcan en casa y limiten sus relaciones sociales. Quienes hayan en cambio dado positivo por la epidemia tienen prohibido abandonar sus viviendas hasta que concluyan el período de cuarentena.
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Conte reconoció que se trata de medidas «muy duras», pero las consideró precisas por la «emergencia nacional», por lo que pidió a los ciudadanos que no infravaloren la actual situación y cumplan con las normas «sin hacerse los listos». Estas restricciones tienen dos objetivos: «contener la difusión de la enfermedad y evitar la sobrecarga de las estructuras hospitalarias». Este último es un problema cada vez más apremiante porque el coronavirus no da señales de remitir. Según los últimos datos, ofrecidos este domingo, la epidemia deja 7375 personas infectadas (casi 1.500 más que el día anterior), de las que 622 se ha curado y 366 han fallecido. En un sólo día murieron 133 pacientes. Italia se ha convertido ya en el segundo país del mundo con mayor número de contagiados por detrás de China, donde surgió la enfermedad, al superar a Corea del Sur.
Entre los infectados hay más de 200 médicos y enfermeros. «Ya hay algunos hospitales en dificultad. Trabajamos para evitar la sobrecarga», comentó el primer ministro, que dedicó parte de su intervención a criticar la filtración anoche a la prensa de un borrador del decreto que contenía medidas todavía más restrictivas, por lo que muchos ciudadanos trataron cuanto antes de escapar de las zonas más afectadas. Los alcaldes y gobernadores regionales de estos territorios pusieron el grito en el cielo cuando conocieron estas restricciones. El regidor de Milán, Giuseppe Sala, invitó este domingo a sus conciudadanos a que permanezcan en sus casas y «cambien sus costumbres de vida» para mantener sólo los contactos «estrictamente necesarios» con otras personas.
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El decreto del Gobierno aprobado esta madrugada también contiene medidas que afectan al resto del país. Se clausuran temporalmente las discotecas, salas de juegos, cines, teatros, museos y centros de exposiciones. Los bares y restaurantes deberán garantizar igualmente que sus usuarios mantienen la distancia de seguridad de un metro a riesgo de ser sancionados. Los centros educativos de todo el territorio nacional llevan cerrados desde el pasado jueves y así se mantendrán en principio hasta el 15 de marzo, aunque se teme que la medida se alargue varias semanas más. «Queremos proteger la salud de los italianos», destacó Conte al presentar este paquete de medidas, que supondrá por otro lado el fin de la llamada 'zona roja' impuesta a los once municipios de Lombardía y Véneto donde surgió la epidemia hace dos semanas y de las que no se podía entrar y salir. Estas localidades quedan ahora englobadas dentro del territorio nacional donde están vigentes las mayores restricciones.
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Jorge Mario Bergoglio ha afrontado este domingo el rezo del Ángelus más extraño desde que fue elegido obispo de Roma hace 7 años. Ha dirigido desde dentro del Palacio Apostólico la oración mariana, que se ha emitido en directo por video, para evitar así las aglomeraciones de fieles en la plaza de San Pedro, donde pocas personas seguían la alocución de Francisco, que fue no obstante emitida en pantallas gigantes.
«Es un poco extraña esta oración del Ángelus de hoy con el Papa enjaulado en la biblioteca. Pero yo os veo y estoy cerca de vosotros. Este modo de rezar lo hacemos para cumplir con las disposiciones preventivas y evitar así pequeños grupos de gente que pueden favorecer la transmisión del virus», dijo Francisco.
En su alocución, recordó cómo la guerra desangra la ciudad siria de Idlib y tuvo también palabras para las víctimas del coronavirus. Al final del Ángelus se asomó brevemente a la ventana del Palacio Apostólico para bendecir a los fieles mientras repicaban las campanas en la basílica de San Pedro.
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