Al comienzo de la pandemia, la pérdida del olfato, por ejemplo, sugería que estábamos ante un contagio por coronavirus, pero a medida que fueron surgiendo nuevas cepas los síntomas eran cada vez más difíciles de distinguir del resfriado común. Es lo que ocurre actualmente con las subvariantes XBB.1.5., denominada Kraken y detectada en Estados Unidos, y la la BF.7, surgida en China. Silvia Martínez, especialista en Medicina Preventiva del Hospital Universitario Clínico San Cecilio, advierte de que por la sintomatología es muy complicado saber qué hay detrás de un catarro.
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Los contagios por covid provocados por estos sublinajes suelen acarrear fiebre, malestar general, dolor de cabeza, fatiga y congestión y secreción nasal. Es decir, muy parecidos a los del resfriado. «En algunos casos se pueden dar problemas gastrointestinales, pero tampoco son determinantes, ya que hay cuadros gripales en los que también se pueden presentar», apunta. En cualquier caso, en ambas subvariantes disminuye el periodo que transcurre desde el contagio hasta que se desarrollan síntomas. Si antes pasaba de una semana a diez días, ahora pueden aparecer en tres-cinco días.
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