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Mesa de Defensa e IA, en el II Congreso de IA de Andalucía.

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Mesa de Defensa e IA, en el II Congreso de IA de Andalucía. Clara Cerezo
AndalucIA24

La industria de Defensa, un campo de pruebas para el desarrollo de la inteligencia artificial

Los expertos admiten limitaciones a la exploración en IA por la cultura de las organizaciones y las restricciones de acceso a los datos reservados de seguridad nacional

Inés Gallastegui

Granada

Jueves, 21 de noviembre 2024, 13:34

La industria de Defensa es un excelente campo de pruebas para los avances de la inteligencia artificial, como lo ha sido para otras innovaciones tecnológicas, pero su desarrollo se ve limitado por las propias características de las organizaciones militares, con una cultura resistente a la disrupción; la obligada reserva de los datos que afectan a la seguridad nacional; y la necesidad de reducir imprecisiones estadísticas cuando los riesgos pueden suponer la muerte de personas o el estallido de conflictos bélicos. Así se ha puesto de manifiesto este jueves en la mesa redonda 'Defensa e IA', moderada por el director del canal de Youtube 'Cosas militares', Yago Rodríguez, con la participación de Francisco Andrés Pérez, director de tecnologías duales de CT Ingenieros; Santiago Moreno, responsable de IA Generativa en Minsait (Indra); y Rafael Caballero, senior R&D software engineer del Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales.

Yago Rodríguez ha destacado que la industria de Defensa tiene un gran peso en Andalucía, donde convergen bases militares, astilleros, fábricas de aviación y centros de investigación.

Francisco Andrés Pérez, director de tecnologías duales de CT Ingenieros, que tiene proyectos en marcha con empresas como Airbus y Navantia, ha resaltado que «para que la inteligencia artificial tenga resultados hay que arriesgarse, y eso no es fácil en organizaciones de Defensa con una cultura muy sólida que entra en tensión con la interacción de una tecnología disruptiva».

Pérez ha recordado que la IA actual es «mayoritariamente estadística: no tiene capacidad de razonamiento; hace inferencias, pero no razona. La Defensa es un buen campo de pruebas para llevar la tecnología al extremo, al escenario más incierto. La tecnología es disruptiva; cambia las organizaciones».

«Venimos de una época con poca inversión en industria militar y estamos ante retos mayúsculos. Por ejemplo, los famosos misiles americanos que se están disparando desde Ucrania se crearon en 1986, la mayor parte de las armas convencionales fueron diseñadas en los años 90 y las queremos implementar en un escenario que no permite un 5% o un 10% de error», ha afirmado.

«La Defensa siempre fue un gran laboratorio de invenciones: internet, el GPS, el móvil... Pero la IA no nació en Defensa y transferir la IA a Defensa exige muchos cambios», ha reconocido.

El representante de CT Ingeniería ha recordado que en la Unión Europea se ha hecho poca investigación militar –en favor de la OTAN–, pero para obtener resultados hay que arriesgarse. «Hay países que no son ejemplares en derechos humanos pero que exploran mucho. En China los investigadores reciben mucho dinero en ámbitos de un gran riesgo, donde hay muchas posibilidades de que no haya resultados. En Europa, no. Esta cultura del riesgo es lo que más limita a la industria de defensa en Europa».

«Ahora se da la tormenta perfecta: tenemos la guerra a las puertas de Europa y la industria armamentística esta ávida de monetizar su inversión, pero si no invertimos en capital humano y acertamos en la estrategia, tenemos unos costes hundidos enormes. La inteligencia artificial sin inteligencia organizativa fracasa», ha concluido.

Enjambres de drones de combate

Rafael Caballero, senior R&D software engineer del Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales, ha explicado los proyectos en los que trabaja su compalía para desarrollar drones cada vez más pequeños, con poco consumo, sensores más precisos y capaces de moverse por tierra, mar y aire.

Caballero ha reconocido que la idea de sustituir los ejércitos humanos por enjambres de drones de combate se enfrenta todavía a muchas limitaciones. Ha recordado que actualmente estas naves no tripuladas –por ejemplo en la guerra de Ucrania– dependen en gran medida de operadores humanos, ya que genera lógicos recelos delegar en ellos la toma de decisiones que pueden costar vidas.

«El enjambre de drones de combate como idea comercial llegará, pero faltan muchos retos tecnológicos que resolver. Hay muchos sistemas antidrones; con un enjambre que no tiene una persona liderando eres muy dependiente de las comunicaciones entre los dispositivos y entre ellos y tierra, y de los sensores para detectarse unos a otros. Todavía hay que trabajar mucho en ello –ha señalado–. Un paso intermedio podría ser el de drones liderados por un caza o por un barco».

La IA no entiende el lenguaje militar

Por su parte, Santiago Moreno, responsable del área de percepción cognitiva y vision artificial en Minsait (Indra), ha explicado algunas de las complejidades y particularidades que impone el lenguaje militar al procesamiento de datos para la IA generativa, por ejemplo, por el uso de palabras polisémicas con un significado distinto al habitual en el mundo civil –como 'derrota' o 'conserva'– o la profusión de siglas que la IA no sabe interpretar.

En ese sentido, ha explicado que en la implementación de un asistente virtual de bienvenida que Minsait ha desarrollado junto a IBM para el Cuartel General de la Armada han utilizado una tecnología híbrida: «Cuando irrumpió la IAG parecía que se acababa el procesamiento del lenguaje natural, pero la solución ha sido un sistema híbrido: un asistente tradicional enriquecido con IAG».

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