Brazos arriba, selfies en ristre y la vista puesta en el #TATGranada10

Fuera, Rosa María sonríe en la puerta del auditorio al escuchar la ovación. Y sonríe siempre, pese a la mascarilla, aunque sea por asomar un poco más los ojos azules. «Aquí estoy todo el día, ayudando a los que entran y salen del congreso», explica la azafata a unos curiosos. «¿Pero de qué va esto?», le preguntan. «De Twitter... Y viene gente muy interesante», advierte. Gente interesante que viene y va, de hecho, en el coche oficial del evento, un Seat León e–Hybrid como en el que Esperanza Aguirre se despidió el jueves: «Muchas gracias por todo».

Dentro, una audiencia heterogénea, de estudiantes universitarios a profesionales variados, han pasado dos días abrigándose con tuits y haciendo fotos de todo y de todos. De las risas más evidentes y razonadas con el Instituto de Astrofísica, a la innovación puntera de Javier Pagán, responsable de Twitter España. Del mensaje comprometido de Joan Carles March, a la durísima y conmovedora ponencia sobre Cuba, tan ovacionada. De la entrevista con Macarena Olona, a la carcajada de Manu Sánchez.

Este noveno TAT también fue el prólogo del festival 'Granada Noir', que empieza el próximo lunes. Su responsable, Jesús Lens, se hizo con los mandos de la nave para desgranar el programa a bocajarro, como mandan los cánones del género negro: «Literatura, cómic, cine y periodismo. Tenemos un poco de todo lo que nos gusta. Somos un festival camaleónico», indicó Lens.

El jueves, Juan Carlos Torres, director gerente de Emasagra, propuso un reto a Twitter: «Por cada retuit que recibamos en el tuit que acabamos de publicar donaremos un euro al Instituto de Investigación Sanitaria, para luchar con la covid». En las últimas horas del congreso, Torres entregó un cheque al instituto por valor de 500 euros.

El bigote de Iñaki Cano se levanta levemente. Mira a la audiencia y repasa las cifras, los tuits, las tendencias... lo que ha pasado en esta novena edición. A continuación, con el bigote bien arriba, sonríe como el que lleva casi una década despidiendo a sus amigos:«Nos vemos el año que viene, que llegamos al diez».