Rivadulla, Granados, Luchini y Delgado, durante el coloquio en #TATGranada21. ALFREDO AGUILAR
Mesa gastronómica

«Sin Twitter, tendría que volver a plantearme mi oficio como crítico»

Alberto Granados, Alberto Luchini y Juan Francisco Delgado analizaron el papel de las redes sociales en la gastronomía

Chema RUIZ eSPAÑA

GRANADA

Jueves, 21 de octubre 2021

El cierre de la primera jornada de la novena edición de Talking About Twitter (#TATGranada21) sirvió para abrir boca. El periodista gastronómico Alberto Granados, el crítico Alberto Luchini y el vicepresidente de la Fundación Europea para la Innovación, Juan Francisco Delgado, dieron el toque gourmet a la cita con un coloquio moderado por el director de Comunicación de Vocento Gastronomía, Madrid Fusión y San Sebastián Gastronómika, Félix Rivadulla. Los tres contrapusieron opiniones y analizaron el papel de las redes sociales en el campo de la gastronomía, y en concreto, del que juega Twitter, «una herramienta ineludible» en el desarrollo de su profesión actualmente.

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«A nadie se le escapa que las redes sociales, para la gastronomía, son el medio más potente que hay», presentó Rivadulla, quien subrayó que la unión de este ámbito con Twitter conforma «el maridaje perfecto». «Para mí, es un arma de dos filos, y no en el concepto tradicional. Por un lado, es una herramienta profesional, un soporte para transmitir mis impresiones y mis críticas de un restaurante, que llegue a la gente que está interesada en ellas», continuó Luchini, quien subrayó que la plataforma «es el único medio en el que todos los lectores te han elegido a ti». El otro perfil es el que aporta «información, últimas noticias», expresó. «Es una herramienta sin la que tendría que volver a plantearme mi oficio como lo hacía hace diez años», sostuvo.

Granados, por su parte, lo comparó como «un gran escaparate, en el que uno elige lo que quiere». «Hay quien quiere información; otros, entretenimiento; otros, formarse, y otros, divertirse. En función de nuestro perfil, en la gastronomía hacemos una cosa, otra o todas», indicó. Juan Francisco Delgado, desde la perspectiva de la producción, se centró en el concepto de 'agrifood', para opinar seguidamente que la cadena productiva «está todavía en la edad de piedra de la transformación digital». «Con las redes o con los eventos que hacemos, intentamos ayudar a que la gente comparta conocimiento», añadió en la última ponencia de la inauguración de #TATGranada21.

'Foodies' e 'influencers'

Los tres coincidieron en distinguir el perfil de 'influencer' del de 'foodie'. «Hay foodies que simplemente van a un sitio porque tienen que ir y deben probar las cosas que les han dicho solo para colgar fotos», criticó Granados, tras lo que Delgado exteriorizó que estas figuras «están haciendo un daño tremendo a la salud de la sociedad». «A mi juicio -prosiguió-, es algo que hay que tomarlo muy en serio. Hay que ponerlos en cuarentena, diferenciar a los profesionales y recuperar su valor».

Todos criticaron la falta de conocimiento o de experiencia que abunda entre estos perfiles y, en este sentido, también se extendieron acerca de la repercusión negativa que puede suponer una mala crítica sin fundamento. «Esa poca información, esa persona que va contactando con todas tus redes, hace mucho daño. Es muy importante hablar con la fuente, negociar con ella, darle tu punto de vista. Muchas veces, no sabemos discernir entre lo que es verdad y lo que no», profundizó Granados. «Cuando a mí me ha entrado algún individuo a hacer comentarios ofensivos, insultándome directamente con frases como 'cómo no vas a hablar bien de este restaurante si te han invitado', le doy la callada por respuesta. No tengo ni un segundo que perder», añadió Luchini.

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Ambos coincidieron en señalar que las tapas gratuitas «le hacen muy poco favor a la gastronomía y a los restaurantes en general». El motivo, según Granados, es que «la gente se acostumbra a tomarlas de poca calidad, a bajo precio, y deja de ir a los restaurantes». Luchini, en cambio, matizó su respuesta. «Tapas sí, pero de calidad y escasitas, que luego te permitan ir a un restaurante. La tapa debe ser eso, no una ración con la que te vayas comido».

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