Mercedes Barrutia
Martes, 7 de octubre 2014, 13:51
Una investigación publicada en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y llevada a cabo por investigadores internacional es el primer estudio sobre el comportamiento de los usuarios que comparten archivos peer-to-peer (P2P). El trabajo, en el que participan españoles, afirma que existen patrones de comportamiento entre los usuarios que emplean el protocolo BitTorrent.
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El programa Gran Hermano no es algo muy alejado de la realidad. George Orwell ya lo publicó en los años 50 con su novela 1984, en la que una sociedad estaba controlada por completo gracias a la videovigilancia. Internet no es menos hermano ni menos grande que el poder y así lo demuestran unos científicos de la Universidad Rovira i Virgili, en colaboración con la Northwestern University de Estados Unidos. Tras realizar una investigación, aseguran que compartir archivos es una amenaza para la privacidad del usuario ya que su comportamiento se vuelve previsible.
La investigación explica que existen patrones de comportamiento predecibles entre los usuarios que comparten archivos a través del protocolo BitTorrent. Quienes bajan películas o música siempre bajan películas o música; además, la riqueza de su país se relaciona con su elección, lo cual es una amenaza para la privacidad, puede extraerse del estudio. Los usuarios son especialistas en un tipo de contenido, en lugar de generalistas, explica el científico del Instituto Catalán de Estudios Avanzados Roger Guimerà.
Aparte de poder cosernos el traje a medida según nuestro patrón de comportamiento, también pueden sacarse conclusiones sobre nuestro país. Existe una relación entre el Producto Interior Bruto (PIB) del país y el tipo de contenidos más descargados por los usuarios. Aquellos que viven una peor situación económica tienden a compartir archivos más grandes, como películas en alta definición; mientras que países con un PIB más alto comparten archivos más pequeños, como música, cuenta Guimerà.
Los científicos explican la utilidad de este estudio, con una aplicación social. Por ejemplo, se podría aprovechar esta fragmentación de los usuarios para mejorar la eficiencia de los algoritmos de BitTorrent, dice unos de los expertos que ha participado en el trabajo. El estudio también tiene utilidad a nivel social, en cuanto a la regulación de esta actividad: si se quieren hacer leyes justas, lo primero es analizar el sistema y entender cómo funciona, y cómo lo utiliza la gente, concluyen los investigadores.
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