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Cables de red conectados en una sala de servidores, en Nueva York
Las contraseñas, la seguridad del pasado

Las contraseñas, la seguridad del pasado

La tecnología se desarrolla rápidamente para ofrecer mejoras de seguridad en internet

Mario Vidal

Lunes, 11 de mayo 2015, 00:19

El cibercrimen es un negocio rentable a la orden del día. Los ataques a organizaciones privadas son los más frecuentes, bien para desestabilizar empresas en favor de su competencia, o bien para sustraer archivos que contengan información personal. No obstante, hay quien esgrime motivos políticos para atacar electrónicamente a organismos de carácter público. Ante la mayor profesionalización de los ciberdelincuentes, se ha hecho necesario un aumento de los sistemas de seguridad por parte de empresas, instituciones y usuarios privados.

La vulnerabilidad a los ataques de las contraseñas clásicas, por ejemplo las que contienen caracteres alfanuméricos, está motivando el desarrollo de mejoras en la protección de la información que se conserva en la red. Algunas empresas -como por ejemplo los bancos- requieren de dos sistemas diferentes de confirmación de movimientos. Sin embargo, las grandes compañías de transferencia de divisas ya comprenden estas contraseñas como algo del pasado y están empezando a estudiar la posibilidad de incorporar el pago mediante la identificación biométrica. Pero pagar a través del reconocimiento de la huella dactilar también tiene sus riesgos.

El principal problema de este método de seguridad es que la contraseña no se puede cambiar, puesto que se basa en unos parámetros físicos que siempre se mantienen iguales. Esto significa que, si por alguna razón los datos digitales en los que se convierte nuestra huella fueran usurpados, la seguridad de toda nuestra información, propiedades, intimidad y trabajo estaría en peligro.

Por el momento, y hasta que la tecnología biométrica se desarrolle, los usuarios tendremos que conformarnos con la identificación mediante la contraseña tradicional. El hecho de que la mayoría se identifique mediante este método, no significa que podamos bajar la guardia en cuanto a seguridad. Y es que según un estudio de Kaspersky Lab, solo el 22% de los usuarios emplea una clave diferente para cada cuenta. Además, el 18% reconoce que comparte sus contraseñas con amigos y familiares.

Para mantener la información a salvo, los expertos recomiendan crear contraseñas complejas y distintas para cada cuenta.

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