Parece como si la UD Almería se hubiese contagiado de los hábitos modernos de salud, esos que hablan de comidas sin azúcar añadido, sin lactosa y bebidas sin alcohol y se haya convertido en un equipo 0,0. Una alimentación que no es del todo ... sana. Hay diabéticos que se acogen a esos productos sin 'azúcar añadido' y resulta que su ingesta puede deparar una subida en el índice glucémico tan grave o más que si comiera un producto 'normal'. La UD Almería de la presente temporada se ha convertido, de la noche a la mañana, en un producto sin 'azúcar añadido' y 'sin alcohol'. Acumula cuatro jornadas en las que ni ha conseguido la victoria ni tan siquiera ver portería rival.
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Esta, de todas formas, no es una 'manía' rara que el club rojiblanco, más que la plantilla, o la afición indálica hayan padecido en los años en los que estuvo en Primera División. Puede que algunos no se acuerden porque las victorias de los últimos años hacen efecto amnésico y borran los malos recuerdos, pero lo de perder y no marcar no es nuevo, ni en los años en Primera División –esta es la séptima temporada en la máxima categoría– ni en los que el equipo rojiblanco estuvo purgando en Segunda División. Sin embargo, aunque pudiera parecer extraño, lo de acumular derrotas sucedió de un modo más 'asiduo' en la temporada del primer descenso de Primera División, con siete partidos perdidos de forma consecutiva. Y lo de no marcar y no puntuar es la segunda vez que se produce desde que el equipo existe, la primera vez costó el descenso a la segunda categoría en la que el Almería peleó muchos años hasta salir de ella el pasado mayo, aunque eran otras circunstancias y otros tiempos no comparables con los de ahora.
En la historia de la UD Almería, la camiseta rojiblanca tiene un 'siete', un descosido descomunal, como el que se hizo en la temporada 2010/11, siete jornadas en las que fue ganándose a pulso el descenso a Segunda División, que llegó justo al final de aquella mala racha, con certificación del 'pasaporte' a la categoría de plata firmado en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe y aquella derrota –entre risas de algunos jugadores indálicos– por 2-0, que ponía fin a cuatro partidos perdiendo y sin marcar, que se unen a tres derrotas más, una también sin gol y dos haciendo el del honor, si es que existía esa palabra para algunos de los que formaban aquella plantilla.
La racha se 'construyó' para 'destruir' al equipo en la vigésimo novena jornada con derrota en El Molinón-Enrique Castro 'Quini' frente al Sporting de Gijón, al que le bastó un gol de De Las Cuevas, logrado en el minuto 12 de partido, para poner en marcha la mala racha de los rojiblancos. Entonces, como ahora, hubo duelo frente al Athletic Club, pero en aquella ocasión con partido en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Pablo Piatti adelantó a los indálicos, pero Iker Muniain, Gaizka Toquero y Pablo Orbaiz dieron la vuelta al marcador. En Barcelona, una jornada después, hubo ilusión 'comedida' porque Miguel Ángel Corona adelantó a la UD Almería y despertó 'a la bestia'. Lionel Messi abrió y cerró la cuenta, primero con un gol de penalti, y entre medias llegó el tanto firmado por Thiago Alcántara. Esos goles impiden que la racha de derrotas sin marcar fuese más amplia, pero lo que importa son aquellos siete partidos con cero puntos conquistados en otros tantos partidos.
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La iguala la actual UDA porque entonces se cayó ante el Valencia (0-3), con goles de Roberto Soldado, Stankevicius y Jordi Alba; Real Zaragoza (1-0), marcado por Diego Alves al rechazar a portería propia un disparo del zaragocista Gabi al palo; Sevilla (0-1), con gol de Renato, y Getafe (2-0), con tantos de Adrián Colunga y Pedro Ríos, un resultado que se encargó de certificar el descenso de categoría del equipo dirigido en aquella fase por Roberto Olabe. Y aún hubo una puerta sin gol más, la del partido posterior frente al Villarreal, en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, donde hubo empate a cero. De aquellos polvos los posteriores lodos.
De todas formas, la 'idílica' etapa de Unai Emery en el banquillo entidad rojiblanca, con aquel primer año en Primera División, el comienzo, casi como ahora, fue también complicado, con un bochornoso espectáculo en el Ciutat de Valencia, en el que se firmaba la tercera derrota consecutiva con la 'mochila' del gol vacía. Se había perdido frente al Barça (2-0), con goles de Henry y Messi, de penalti; Real Zaragoza (0-1), con el tanto firmado por Diego Milito, desde los once metros, y el citado encuentro ante el Levante, vacunados por el triplete del italiano Christian Riganò. Si el Almería de Rubi 'empeora' aquella racha, la del gol y esa ausencia continuó por cuarta jornada consecutiva, con tablas frente al Atlético de Madrid.
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Aún con la diferencia de plantilla, cada vez con menos 'brillantez', en los años posteriores en Primera, todo lo más que se estuvo sin ganar fueron tres jornadas. En la campaña en la que Hugo Sánchez llegó en diciembre para sustituir al destituido Gonzalo Arconada, los tres últimos partidos acabaron con derrota y sin goles y el mexicano siguió 'divorciado' con el gol para hacer de cinco la racha sin ver portería –los dos primeros partidos de la 2009/10 acabaron sin marcar–. Si hay que ceñirse a un mismo año, en la 2008/09, se perdió en el Benito Villamarín (2-0), con goles de Mark González y Arzu; en casa, ante el Espanyol de Pochettino, Iván Alonso, con dos, y Coro firmaron un contundente 3-0, que prologó la ausencia de acierto y de 'incapacidad' sumatoria el Atlético de Madrid, con otro 3-0 con goles de Kun Agüero, Raúl García y Diego Forlán.
El inicio del siguiente curso siguió señalando a los indálicos como un equipo sin acierto, aunque el primer partido, ante el Real Valladolid en casa, concluyó con tablas sin goles y, una semana después, el Sporting le logró vencer con tanto de Diego Castro. Hubo rachas de tres y cuatro derrotas, con una victoria por medio, que 'aliviaron' lo de puntuar –también hubo gol–, pero esos tramos alimentaron el despido del técnico mexicano. Con Lillo, su sustituto, hubo hasta siete partidos sin ganar, pero con tres empates que impidieron rachas de más de dos derrotas seguidas.
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En el 'segundo' curso incompleto del tolosarra en la UDA, el comienzo fue lleno de altibajos con solo una victoria en diez jornadas y el aviso, en la segunda derrota –cuarta jornada del campeonato– de Alfonso García, que no aguantó mucho más. Lillo ganó en Anoeta en Copa, pero inició una serie de dos partidos sin gol a favor y una 'masacre' en contra en el segundo. Había caído en la auténtica 'Catedral' por la mínima (1-0), pero el Barça de su amigo Guardiola le desnudó por completo con aquel 0-8. Volvió el gol con Oltra ya en el banquillo, pero con derrota en Valencia. Al final de curso, con Oltra y Olabe como técnicos, la citada racha que es la más larga con derrotas –siete– y la que empata ahora el Almería de Rubi sin marcar.
Pese a ser plantillas inferiores a las anteriores y, por gasto, a la presente, el Almería de los dos últimos años en Primera División, antes de la presente temporada, no son peores en cifras. Si hay que irse a lo ver portería, por ejemplo, en la última fueron cuatro jornadas, pero con solo dos derrotas encajadas. Se cayó ante Atlético de Madrid (3-0) y Elche (1-0) y se empató con Dépor y Villarreal (0-0). Si, por el contrario, vale como 'medida' lo de perder, también fueron cuatro las derrotas ante Villarreal (2-0), Athletic (0-1), Levante (2-1) y Barça (1-2), entre las jornadas octava y undécima.
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La temporada completa de Francisco, la 2013/14, comenzó 'mal dada' con diez partidos sin ganar y cinco derrotas consecutivas en las que solo se marcó un gol, entre cuatro derrotas con la puerta a cero. Se perdió con Málaga (2-0) y Barça (0-2), se cayó con gol del honor en Sevilla (2-1) y llegaron dos derrotas más ante Rayo (0-1) y Real Sociedad (3-0), entre las jornadas sexta y décima. Luego se enderezó el rumbo. Pero también entonces hubo jornadas 0,0.
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