El Almería se acostumbra a sumar de tres en tres, con sus normas

En una noche fría de un invierno transiberiano, no hay nada como tener motivos para aplaudir y quitarse el frío. Y eso se agradece cuando se necesita ganar. Dijo Rubi que no había que tener miedo para jugarlo, que había que estar atentos para no sufrir. Y no lo hizo ni a pesar de que Joselu quitó ese 'resquemor' de no ver puertas a cero –solo una ante el Getafe–. Pero el Almería encontró el camino por el que había transitado antes del parón por el Mundial de Qatar para sumar de tres en tres, que es como se acerca uno al final del 'trayecto', y recibir la respuesta 'segura' de 'papá': «Nos quedan menos de la mitad».

Todo por un partido casi perfecto en el que los rojiblancos, como habían hecho ante los equipos de 'su' Liga en casa, en su casa –en la casa rojiblanca– impusieron sus normas que no son otras que ser valientes, tener el balón y ser letales cara al marco rival. Y eso que el Espanyol intentó, con su modo, perjudicar la salida de balón indálica. Sin embargo, el equipo rojiblanco supo correr y matar. Luis Suárez, en su segundo partido como titular, abrió el marcador, Leo Baptistao hizo el segundo y Francisco Portillo cerró la cuenta indálica, 'protestada' por el tanto de Joselu. De todas formas, no 'desmaquilla' el buen rendimiento del equipo rojiblanco que gana su primer partido de Liga después del parón de noviembre para sumar 22 puntos que no le separan del camino por la permanencia.

De salida, el Almería, con hasta cinco cambios con respecto al partido del pasado lunes, se vio frenado por un Espanyol con más posesión de balón y escasas llegadas indálicas, con falta de tranquilidad para afrontar la posesión, sin asentarse en el terreno de juego. El cuadro de Diego Martínez no logró acercarse a la portería de Fernando Martínez, pese al control de balón. El Almería, a la contra, buscó la velocidad y en una salida, en el 11, Embarba se encargó de finalizar la acción con un disparo cruzado que se marchó fuera.

El cuadro almeriense sacó ventaja de la acumulación de jugadores pericos adelantados y tocó correr, haciéndolo bien. En el 13, a la salida de un saque de esquina, César de la Hoz fue agarrado sin sanción, el balón le cayó a Sergio Akieme cuyo disparo lo despejó mal Álvaro Fernández y el balón se fue al palo izquierdo de la meta del conjunto españolista, remitiendo el control del balón, ya rojiblanco tras los primeros 15 minutos y el Almería avisando porque, en el 17, otra vez buscó portería por medio de Embarba, cuyo disparo se marchó rozando el palo izquierdo de la meta españolista.

Estaba avisando el equipo indálico y no tardó en sacar renta de esas llegadas. En el 20, el Almería roba en el centro del campo en acción entre Robertone y Leo Baptistao. El balón se 'paseó' sin que Akieme lo 'embolsara', pero sí le llegó a Adrián Embarba, que buscó espacio por la izquierda y puso el balón al área, pasando entre rivales y propios, pero Luis Suárez, con la caña puesta, disparó cruzado al palo derecho para poner a la UDA con ventaja.

El Espanyol, muy tirado arriba para provocar el robo en la salida de balón, descuidó las espaldas por las que las intentó hacer daño el equipo almeriense. Diego Martínez movió piezas y modificó la posición en el terreno de juego, pero de inicio no consiguió su propósito porque Darder no aparecía. El Almería siguió insistiendo con otra acción de control de balón en las cercanía del área que finalizó, en el 32, un muy participativo y chisposo Adrián Embarba con un disparo que se marchó por encima del larguero.

En ese escenario, el Espanyol dispuso de la ocasión más clara en el 45, con un balón para Aleix Vidal que entró por banda derecha, encaró a Fernando Martínez y el disparo del exrojiblanco lo consiguió parar el cancerbero rojiblanco en la primera ocasión clara del conjunto de Diego Martínez, en la última de la primera parte.

El Espanyol no varió su estilo y más aún con la entrada de Edu Expósito en lugar de Aleix Vidal, además de limpiarse de tarjetas porque retiró a Óscar Gil para la entrada de Rubén Sánchez. Y tuvo más llegada, con el propio Edu Expósito buscando un disparo que atajó Fernando Martínez y una acción, en el 53, que pudo acabar el penalti, pero estaba precedido de fuera de juego, que anuló todo lo que había pasado después, convirtiéndose la acción en un aviso para los indálicos.

Y el equipo indálico entendió el discurso que le había puesto el conjunto blanquiazul y Rodrigo Ely, en el 58, se quedó a poco de rematar la faena en un buen centro de Lucas Robertone. Sin embargo no encontró el contacto. Y tres minutos después lo que antes era la 'venganza de los ex' favoreció al Almería. En el acoso indálico en un partido raro y comprometido porque el rival empujaba, Luis Suárez buscó portería, rechazó Álvaro Fernández y el balón le cayó a Embarba, que tampoco encontró portería, el que sí la encontró fue Leo Baptistao que, pidiendo perdón, puso a la UD Almería con el gol de la tranquilidad.

Con el tanto del brasileño, el Almería espació el control del partido ante un Espanyol sin acierto en el pase final ni en el disparo a portería, con Joselu como único proponiendo en busca del gol. Refrescó Rubi a los suyos, dando entrada a Francisco Portillo, con otro perfil, en lugar de Embarba y cambio hombre por hombre con la presencia de El Bilal Touré en lugar de Luis Suárez, liberado tras el gol.

Y el Almería hizo daño, mucho daño, con una lección de contragolpe, con elección al jugador mejor habilitado. Nace de una falta sin sanción sobre Lucas Robertone, el balón llegó al área para que Gonzalo Melero asistiera a Francisco Portillo, que celebró su 201 partidos en Primera con otro gol, tras el marcado el pasado lunes en Mestalla, que sentenció el partido y pone a la UD Almería más cerca del objetivo.

Pudo lucirse con un cuarto gol, pero el buen servicio de Sergio Akieme no lo aprovechó El Bilal Touré, que había entrado al terreno de juego en lugar de Luis Suárez. El maliense, en el 87, puso mal la bota para empujar el balón a las mallas. Cosa que sí hizo Joselu, ya en el descuento, que aprovechó un centro de Rubén Sáez para seguir su 'matrimonio' con el gol. La UDA, tras el divorcio, vuelve a enamorar.