Radovanovic, cubierto de 'amuletos' hace que el balón flote; ganar es el amuleto para salir. UDA
UD Almería

Para el Almería, el amuleto contra las meigas se llama 'VICTORIA'

Balaídos esconde para los indálicos el tesoro que permitirá seguir soñando o desconectar la máquina de la vida

Juanjo Aguilera

Almería

Viernes, 1 de marzo 2024, 13:41

Las meigas son una de las figuras más representativas de la cultura de Galicia. Cuenta la leyenda que son mujeres que tienen un pacto con el mismísimo diablo para tener poderes supernaturales y que los pueden utilizar para hacer el mal o para hacer el bien. Balaídos puede que sea mal sitio cuando lo de la UD Almería parece fruto de una maldición, puede que hasta de brujería. Si alguna vez un canal de televisión diera los partidos sin poner el resultado en pantalla ni recordarlo durante lo que dure el duelo, no sería extraño pensar que ese equipo que viste generalmente de rojiblanco debe estar en una cómoda posición en la tabla y no purgando los errores puntuales en lo más hondo de la clasificación y con un pie más cerca de aquello que el desaparecido Jesús Gil tildó de infierno cuando su Atlético probó la Segunda División durante dos temporadas consecutivas.

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Hay quien piensa que a la brujería se le combate con más brujería. Manolo García por ejemplo, en los tiempos de Guillermo Blanes como presidente del Almería CF, 'plantaba' ajos importados expresamente desde Galicia en los banderines de córners y tras las porterías para que no hubiera goles en la portería del Almería y sí en la rival. José Luis Burgueña, que llegó a jugar de portero en el Athletic coincidiendo con el 'Chopo' Iribar, llegó al Poli Ejido en la temporada 1996/97 y sólo ganó dos de los dieciséis primeros partidos de Liga. En esa mala racha, el técnico bilbaíno acudió a una vieja leyenda que decía que si sus jugadores se bañaban en miel acabarían con la mala suerte. Ahí tenías a los Jesule, Cisco, Ángel Vizcaíno, Ángel González Becerra o Tejero bañándose en miel cada semana para nacer ganar a su equipo. Hubo descenso y Tejero llegó a decir que qué se esperaba de un entrenador que decía que para conseguir la victoria había que bañarse en miel.

El árbitro por JOSÉ GABRIEL GUTIÉRREZ

  • Sánchez Martínea: El partido será dirigido por el colegiado murciano José María Sánchez Martínez, natural de Lorca, de 40 años de edad y empleado de banca de profesión. Tras cuatro temporadas en Segunda División B, pasó a militar en la LFP, debutando en la 2011/12 en Segunda División y dando el 'salto' a Primera dirigiendo su primer partido en la 2015/16. Es árbitro internacional FIFA desde enero del año 2017.

  • Trayectoria en Primera: Su debut en Primera fue arbitrando el encuentro jugado entre la Real Sociedad y Real Sporting (0-0), habiendo dirigido desde entonces 174 partidos, con el registro de 81 victorias locales, 53 visitantes y 39 empates. Entre ellos figuran los 19 de la pasada temporada, en los que mostró la media de 5,47 tarjetas amarillas, 'desenfundó' cinco rojas y señalando, en tres jugadas, el punto de penalti.

  • Es 'bueno' para la UDA: El de hoy es el octavo partido de Liga que le arbitra a la UDA, tras cinco victorias, una derrota y un empate. El primero fue en la 2011/12, en Segunda División, en campo del Elche CF (1-3), e igualmente con victorias rojiblancas en los tres restantes. En Primera le ha pitado tres, dos en la pasada Liga, en casa con Atlético de Madrid (1-1) y Valencia CF (2-1) y esta temporada con el Real Madrid (1-3).

  • Del Cerro Grande en el VAR: El madrileño Del Cerro Grande estará en el VAR, en el decimocuarto partido de Sánchez Martínez en lo que va de Liga, con siete victorias locales, dos visitantes y dos empates. Lleva la media de 5,38 tarjetas amarillas, mostrado 3 rojas y pitado dos penaltis. Al Celta le arbitra el tercero de esta Liga, tras victoria local ante el Granada (1-0) y tablas en el jugado frente al Getafe (2-2).

Líbrenme de pensar mal de quienes sean supersticiosos, que cada cual tiene sus manías –no pasar por debajo de una escalera, no pisar las tapas de alcantarilla, usar la misma ropa el día de partido–, pero el amuleto que le servirá al Almería de coraza ante las meigas se llama 'VICTORIA'. No hay otro camino. Lograrla hoy puede permitir soñar porque es precisamente ante un equipo que, estando rodeado de esas 'meigas' que hacen bien, lleva meses tratando de poner pies en polvorosa de la zona comprometida, pero que no para de resbalar como Silvestre tratando de dar caza a Piolin o el Coyote con Correcaminos. En Almería aún hay quien piensa que es cuestión de ganar un partido –y otro y otro y otro–. Hacerlo es darle opciones a quienes se agarran a las matemáticas, de lo contrario es como el enfermo terminal en la UCI, vivir conectado a una máquina esperando el certificado de defunción.

Respira

El equipo respira. El doctor toma el pulso y ve síntomas de, por el momento, no necesitar respiración asistida. Reacciona con dureza ante los palos, aunque la duda es si es el castigo lo que provoca esa 'gesta' que supuso empatarle dos veces al mismísimo Atlético. De ser así, y parece que no es equívoca la apreciación, sería o es un problema. No es de recibo dejar las puertas abiertas de par en par como en los dos goles colchoneros y que no hacen otra cosa que alimentar una 'pulmonía' con diagnóstico de ingreso hospitalario.

El partido del pasado sábado debe ser aceptado como el trampolín perfecto para impulsarse hoy en Balaídos. Es lícito que se piense de ese modo ante el primero de doce partidos que podrían confirmar el 'ascenso'. Ganar los doce sería un milagro para sumar esos 41 puntos que años atrás daban la permanencia, pero este curso es más fácil salvarse que la mayoría de campañas anteriores –el año pasado la salvación la firmó la UD Almería con 43–, pero el Dépor se fue a Segunda División, en la 2017/18, con 29 puntos. Sumar 30 este año puede deparar esa alegría, aunque pueda ser un logro quimérico a día de hoy por esa manía rojiblanca de 'encariñarse con la piedra', día sí y día también.

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El equipo sigue sufriendo de amnesia en tareas defensivas. Todos los rivales saben cómo meterle mano a esta UDA y puede que la desaparición de esos vicios sea cuestión de que un día cualquiera –podría ser o debería ser hoy– salga a flote lo que se entrena. El Almería perdió el año pasado algunos partidos a balón parado. Tras caer frente al Real Betis, Rubi tuvo al día siguiente una sesión completa de trabajo en cómo defender esas acciones. Cerrar los espacios abiertos para que Correa, primero, De Paul, después, no entren con tan escasa beligerancia de los defensores es el primer paso o más bien debió serlo. Lo demás, que es ver puerta, lo hizo la UDA con esa conexión que Marc Pubill y Jonathan Viera –curiosamente un Mago para ganar a las 'meigas' celtiñas– tuvieron con Luka Romero.

Fijos

En un lugar tan acostumbrado a ver 'jugones' parece que quienes tienen esa característica en el Almería estarán en el once de inicio hoy. Ante el Atlético cuajaron la mayoría un buen partido, tan bueno como para repetir. La defensa apunta a ser la misma, aunque Aleksandar Radovanovic fue sustituido ante el Atlético por problemas musculares por cuyo motivo es duda. La recuperación de César Montes y el hecho de que su sustituto entonces, Chumi, afrontara el segundo partido tras su lesión deja opciones para que uno de los dos forme pareja con Édgar, siendo para Marc Pubill y Bruno Langa las bandas.

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Dion Lopy, que salió desde el banquillo, podría estar de inicio, bien con Iddrisu Baba o bien con Lucas Robertone, mientras que no sería descartable que los otros cuatro puestos tuvieran fijo a Luka Romero, que se fue con los calambres propios de la falta de ritmo, con Embarba y Jonathan Viera por detrás del Choco Lozano. Tampoco sería extraño ver a Sergio Arribas jugando de inicio.

Problemas

El Celta puede que esté a una derrota de meterse en problemas como los que tiene la UD Almería. Para los de Rafa Benítez el de hoy es el partido marcado en rojo para ganarlo y también por el peligro que supone afrontarlo con sensibles bajas.

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Swedberg, Aidoo, Dotor y Ristic se perderán el partido por lesión, añadiéndose Iago Aspas –otro del corte de Viera– que está sancionado y supone un alivio su ausencia. Además, Renato Tapia, con una elongación en el cuádriceps de la pierna derecha, obliga a que sean muchos los cambios. Rafa Benítez puso ayer la duda sobre la dupla Larsen-Douvikas para un partido de meigas en el que el fútbol bien hecho o, al menos, sin concesiones, es el mejor amuleto, pero que si no se juega bien y se gana ese sí que es un buen antídoto para soñar.

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