Once que salió de inicio en el partido en el que la UDA certificó su descenso. UDA
UD Almería

El Almería hace un año que justifica un descenso

El equipo rojiblanco es de Segunda por una mala planificación y por culpa de una plantilla sobrevalorada, principalmente | Las lesiones y algunos arbitrajes se apuntan al 'sepelio'

Juanjo Aguilera

Almería

Domingo, 28 de abril 2024, 23:04

Lo sucedido el sábado en el Power Horse Stadium es la firma del certificado de defunción deportiva de una UD Almería que se ha ido al descenso por méritos propios, principalmente, con dos factores esenciales como son la planificación deportiva, puede que con más porcentaje, y el hecho de tener una plantilla sobrevalorada que ha devorado a tres técnicos porque Pepe Mel, que cerrará en condiciones normales la temporada, no ha conseguido tampoco hacer aparecer el fútbol que se presagiaba llegaría cuando las opciones de permanencia fuesen remotas y sin ser capaz de ganar ni tan siquiera a equipos de Segunda RFEF, como se escenificó en Copa frente al Barbastro. Además, cuando hay quienes se excusan en 'manías' de entrenador el hecho de no ser titular, cuando tres entrenadores coinciden en no utilizar a algunos jugadores no es por pura coincidencia, sino por incapacidad de los que utilizan esas excusas.

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No escapan los arbitrajes porque ha habido actuaciones que han minado la capacidad de respuesta de un equipo endeble mentalmente, por las circunstancias. No valen los tiempos ni las rachas porque, aunque el equipo fuese en el pozo de la tabla, cualquier error arbitral, de no haber sido deja en 'entredicho' el comportamiento posterior de los rojiblancos, si pudo haber reacción posterior o no. El caso es que ya no cuenta ni lo sucedido ni lo que pudo pasar. Lo realmente demostrable es que la UD Almería deberá regresar a una categoría, la Segunda División, que pide recapacitar actuaciones pasadas, lo mismo en los despachos que sobre el césped, pero lo que suceda en el campo será consecuencia de las medidas que se adopten en los meses previos al comienzo de una temporada que será, si cabe, más difícil que la vivida, que ya es decir. De todas formas, sí que es cierto que es más complicado ascender a Segunda a Primera División que mantenerse en la máxima categoría.

La planificación

Ésta empieza por no saber marcar los tiempos. El Almería tardó en la confección de la plantilla por un mercado que estuvo abierto hasta la misma noche que se cerraba y sin tener todos los huecos cubiertos y, con el trabajo después de 33 jornadas, de jugadores con valía inferior a los que salieron. El Almería gastó más de cincuenta millones de euros en la confección de la plantilla, sin que la misma haya dado el resultado esperado. Todo por culpa de tener jugadores algunos sobrevalorados que no han dado lo que de ellos se esperaba.

En fútbol, el valor de mercado no casa a veces con el rendimiento, en muchos casos porque no se consigue hacer equipo. El Almería, con tres entrenadores y la interinidad de Alberto Lasarte, no ha conseguido ser un bloque nunca, viciado por un inicio desastroso en el que la sede del club tenía una 'puerta giratoria' en la que para entrar primero había que dejar salir y los que se fueron se marcharon pronto, mientras que las llegadas lo hicieron tarde. Esto redundó en un equipo físicamente deficiente –pedía los cambios por agotamiento llegados al minuto 60 y no trabajado, con Garitano avanzó diez minutos en ese límite– y tácticamente sin haber aprendido las dinámicas que permitieran 'aguantar' las disputas y 'mal trabajado' como lo demuestra el rendimiento sobre el campo, mejorado defensivamente con Garitano, pero quizá tardío en el tiempo.

El mercado

Se apunta a que las fechas del mercado son las normas del fútbol, y nadie lo discute, pero por mucho que el mercado se cierre el 1 de septiembre, como sucedió, se deben poner fechas para que la 'orquesta' suene bien, sin estridencias, si bien es difícil que exista una actuación coral cuando se habla de once jugadores sobre el campo. Pero valga recordar que Rodrigo Ely se despidió de la UDA a falta de una semana para jugar el primer partido ante el Rayo y Babic jugó el primer partido de Liga, anunciándose su salida antes de jugar frente al Real Madrid, con sólo un central disponible en la plantilla, porque Édgar demostró con el tiempo un mejor rendimiento como mediocentro que en el centro de la zaga. César Montes no había llegado todavía a la disciplina por una negociación en la que la carestía de la operación responde a la necesidad rojiblanca de firmar y la no obligación del Espanyol de vender y era ficharlo o vivir 'cojos' hasta enero. Otros jugadores casi se bajaron del avión para jugar, como Maximiano, Iddrisu Baba, Dion Lopy, Ibrahima Koné…, mientras otros se iban a las puertas del inicio de campaña como el caso de Samú Costa.

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Si bien es cierto que el Almería no debía cerrarse para vender por el fairplay financiero, el error ha estado también en la elección de los sustitutos, que no han igualado lo que, por obligación, había que hacer si, como se pretendía, no se quería sufrir y sí aspirar a metas mayores, aprendiendo de lo sucedido a lo largo de las 38 jornadas del curso pasado, con la permanencia solventada al límite.

La triada

A veces el rendimiento deportivo depende también de tener a los hombres apropiados o en forma. Es una incógnita asegurar que la 'vida' hubiera sido distinta de no haber sufrido la plaga de lesiones que ha padecido el equipo. La llegada de Koné fuera de forma obligó a competir con Luis Suárez, en muchos partidos, como jugador referencia, sabiendo que el rendimiento del cafetero habría sido mejor con otra referencia. Y es que las lesiones marcaron al equipo desde el inicio. Difícil saber los motivos, pero octubre marcó el devenir de la competición. Sin atisbos de reacción, la UDA se vio desposeída de tres jugadores que debían marcar su buen rendimiento.

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Así, perdió a Pubill, Luis Suárez y Koné en menos de un mes y por un tiempo tan largo que sólo el lateral ha tenido continuidad tras su recuperación y eso sin olvidar las lesiones puntuables de pocos días o semanas que no permitieron al equipo rendir con un mínimo de opciones. A estas tres graves lesiones se unen las de otros jugadores que tampoco han gozado del 'beneplácito' de tener a jugadores en plenitud de facultades –físicas en unos casos o psíquicas en otros– como Melero, Baptistao o Montes.

Los arbitrajes

Hay quienes achacan al equipo la exclusividad del descenso, pero lo ha habido errores mayúsculos que han incidido en el rendimiento y ha sucedido desde casi el inicio. Decisiones que en contra son punibles y a favor no. Ante el Rayo, en la primera jornada, el primer penalti tiene su 'aquel';ante el actual líder, la mano de Bellingham que dio pie al empate o en el Bernabéu donde el 1-2 llega tras un penalti por mano de Kaiky cuando antes hubo una clamorosa falta de Rudiger sobre Édgar o de Joselu sobre el propio Kaiky a la que acuden para hablar de no falta, pero de intensidad mayor a la que en el clásico consideran debió impedir que el 0-1 del Barça subiera, o el 2-2 es con una 'zamorana' de las que ni el propio Ricardo Zamora hubiese hecho mejor. Y no se diga de otras actuaciones como ante el Barça, donde Cuadra Fernández no expulsó a Christensen y concedió el 1-2 tras un córner que debió ser saque de puerta, ante Mallorca, Real Sociedad, Cádiz –penalti a Koné de libro en la segunda jornada–, Osasuna en El Sadar...

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