Juanjo Aguilera
Domingo, 2 de febrero 2025, 22:34
«Entre la cirrosis y la sobredosis, andas siempre, muñeca» cantaba Joaquín Sabina y la UD Almería, a tenor de las sensaciones que surgen del empate del pasado sábado frente al Real Oviedo en el UDAlmería Stadium, hay quienes ven la botella medio llena y quienes la miran asegurando que está medio vacía. Como referencia, desde que la Liga en Segunda División se disputa con 22 equipos y el ascenso a la máxima categoría se resuelve dando billete de ida a los tres primeros clasificados, en los primeros años –también hubo dos campeonatos en los que había un playoff con los dos de los cuatro últimos clasificados de Primera División– o a los dos primeros y al ganador del playoff de ascenso, sólo el Sporting de Gijón de la temporada 2014/15 perdió menos partidos que el equipo indálico al final del curso competitivo. Los rojiblancos, con cinco derrotas, sólo son igualados por el Albacete Balompié de la temporada 2002/03, que acabó las 42 jornadas con cinco tropiezos.
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Nadie gana una Liga invicto. En Segunda División nadie lo ha conseguido con 42 jornadas de competición. En Primera, en toda la historia, sólo el Athletic Club y el Real Madrid han sido capaces de acabar un campeonato sin recibir una derrota, pero está más que claro que eran otros tiempos. El equipo indálico tiene la virtud de manejar los partidos y pierde poco. Son sólo cinco las derrotas, aunque es, de los de arriba, el equipo que más empata sólo superado por el Levante, que ha empatado nueve. Pero ya se sabe lo de que cuando no puedes ganar, al menos no pierdas y la UDA no lo hace. Quien piense que ganar todos los partidos o no perder ninguno es imposible, ni siquiera 'omitiendo' lo que ha sucedido hasta ahora. El equipo rojiblanco debe estar sujeto a las fluctuaciones de una competición con muchos 'gallos' y sólo ocho puntos entre el Racing, líder, y el Granada, que octavo.
Imposible
Ante el Real Oviedo, la UD Almería no pudo ganar porque fue 'invitado' en una primera parte 'pluscuánimperfecta', en la que se vio superado por un rival a 'lomos' de la manija de un César de la Hoz que superó la posible línea de presión indálica, capaz de encontrar los espacios por los que filtrar, no sólo balones, sino acciones de peligro. En la segunda se vio otro Almería que peleó por lograr los tres puntos en disputa, pero sólo tuvo para conseguir el empate.
¿Se puede hablar de botella llena o botella vacía? Enero no trae buenos recuerdos a la entidad rojiblanca. La última temporada en Segunda División, que terminó deparando el ascenso en la temporada 2021/22, deparó la conquista de sólo un punto, conseguido en el Estadio de Gran Canaria de Las Palmas, en cinco jornadas. Tocado entonces por las bajas –coronavirus en muchos componentes de la plantilla y la marcha de Sadiq Umar a la Copa África–, ahora lo es por la cortedad de plantilla, teniendo en cuenta que el partido ante el conjunto carbayón lo afrontó el conjunto rojiblanco con las bajas de larga duración, curiosamente en el centro del campo, del ghanés Iddrisu Baba, del portugués Gui Guedes y del madrileño Gonzalo Melero, ausencia de última hora, además de la del delantero hispano-marroquí Rachad Fettal.
Esas ausencias en la 'línea de flotación' no terminó de cuajar un buen partido con la dupla formada por Lucas Robertone y Dion Lopy. El primero aún falto de ritmo competitivo, tras un primer partido con 'minutos residuales', un segundo en el que jugó la segunda mitad, y el del sábado sí siendo titular El segundo, cambiado el pasado domingo en Albacete, no fue el mismo ante el Real Oviedo, impreciso en esa parcela, con errores puntuales, pero difíciles de 'limpiar'. Y eso se notó. Estuvo hasta el final del partido y mejoró su propuesta cuando el equipo encontró el modo de superar el trabajo defensivo de los de Javi Calleja, con el pie cambiado en la última parte del encuentro.
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La dificultad
Ganar todo es una quimera, un objetivo casi que irrealizable, aunque se diga que imposible no hay nada. Cuantos más equipos haya metidos 'en el lío' más difícil es prorrogar una racha de bueno resultados –ganar o no perder–, pero se 'esconden' los aspectos negativos y se resaltan los negativos a tenor del cristal con el que se mire. El Almería, por ejemplo, ha conseguido diez victorias en los últimos 16 partidos, en los que la derrota encajada en el Carlos Belmonte es la única desde el 13 de octubre.
Enquistado el triunfo en casa, con tres empates consecutivos, son los producidos en el último 'mes y pico' de competición. Desde que Leo Baptistao lograra batir la meta del 'jabato' Raúl Fernández sin recibir gol en contra, los rojiblancos no consiguen sumar los tres puntos en el UDAlmería Stadium. Éstos han llegado pero en tres fechas, como consecuencia de los empates ante Cádiz, Huesca y Real Oviedo. En cualquier caso por la escasez de puntería. Curiosamente, en el partido en el que más veces tiró a a puerta –el disputado frente al cuadro oscense–, fue en el que no logró inaugurar el marcador, siendo éste el segundo en 25 jornadas en los que no consiguió ver portería rival –antes lo había 'firmado' en la derrota en Elda–.
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Lo las derrotas entra dentro de la lógica. Mantenerse invicto es una máxima, pero también una dificultad añadida. Desde que la Liga en Segunda División se disputa con 22 equipos, nadie ha conseguido mantener esa condición en la competición. Queda mucho aún por disputarse y los cinco 'tropiezos' indálicos son un referente si se lograra llegar al final del curso con esa cifra porque sólo el Sporting, en la 2014/15, ha estado 'mejor'. Logró ascender con sólo dos derrotas. En los últimos años, se está por encima en esas cifras. El Espanyol, el curso pasado, ascendió en el playoff con siete derrotas. Leganés y Valladolid ascendieron de forma directa, con 8 y 12 derrotas. En la 2022/23, el Granada fue campeón con 11 derrotas y Las Palmas acabó segundo, con seis. El Alavés ascendió con 9 partidos perdidos. El ascenso anterior de la UDAlmería se firmó con nueve partidos perdidos, como también los firmó el Real Valladolid. El Girona, que logró dar el salto por la vía del playoff lo firmó con 14 partidos perdidos.
Ciñéndose única y exclusivamente a lo hecho por los rojiblancos, los anteriores ascensos se fraguaron perdiendo más que ahora –teniendo en cuenta que quedan aún 17 jornadas de Liga–. En de la 2012/13 ascendió con 12 derrotas, mientras que Elche y Villarreal dieron el salto con 6 y 7 derrotas, respectivamente. La UDA de la 2006/7 lo hizo con diez partidos perdidos. El Real Valladolid perdió 6 y el Real Murcia 8.
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